En aquella tarde,
pude contemplar tus ojos, tu boca
y
los nódulos de mi mano
acariciaron tu cabello,
desde aquel instante
con la mirada
te enamoré
y
te convertiste en el amor
de mi vida..
Creaste una fantasía en mi mundo vacío,
colmaste de alegría
cada
prístina estría de mi alma,
impregnaste tus fragancias
en mi cuerpo,
las mismas
que yo nunca
conocía.
El amor en tus brazos renació,
el dolor del alma calmaste
y
la sed de mi boca colmaste,
cuando te acercaste
en busca de los manjares
que nos da el placer
en bandeja de plata.
Nadie mejor que tú,
podrá curar mis heridas,
el sueño anhelante
con promesas sentidas,
viajamos a mundos distantes
con el fervor del amor
y
las promesas cumplidas
que unían
nuestras vidas.
.
Nuestros cuerpos fungieron como enlace,
la flama del amor
fundió nuestras almas
y
desde ese instante
el destello de luz
del candelabro
fue nuestro único testigo
cuando nuestros corazones
se enlazaron
de un amor puro y verdadero
entonces
renació la ilusión del amor.
Autores
Almendra Victoria Aguirre
& Santos M. González
Derechos reservados de autor
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