LA CAJA HEREDADA

            Ninguno de los habitantes de la volanticasa, podía suponer que esa mañana, cuando el mensajero del  volanticonsorcio envió por el turboascensor de platino directo a nuestra puerta esa extraña y gigantesca caja de cartón, nuestra vida y la del tecnológico y avanzado mundo que conocíamos, cambiaría para siempre.  

          Cuando el opaco y avejentado sol cayó sobre las sierras y el ambiente adquirió el color dorado de los soles artificiales encendidos en el medio del cielo,  pudimos ver los infinitos reflejos verdosos de los cristales de ambligonita . Entonces,  mis hijas decidieron abrir el extraño paquete en  el que  encontramos  una sorpresa: en su interior, había otras miles de cajitas de telgopor, otro material también inexistente en la actualidad. Al despegar sus tapitas, vimos  que cada una estaba llena de unas pequeñas bolitas peludas, ásperas al tacto, de distintas consistencias, colores, tamaños y formas. Algunas lisas, otras arrugadas; redondas, oblongas, alargadas, brillantes y opacas acompañadas de un sobre con instrucciones y una carta en la que figuraba el apellido de mamá y que decía: 

          “ Tú eres uno  de los tantos que recibirán la caj  dentro de doscientos años a partir de hoy. Confío en ti. Sólo respeta las instrucciones  de la Receta   y tal vez, el mundo así, tenga  una leve idea del pasado perdido... Si después de redescubrirlo aún quieren y es posible recuperarlo,  junto a esta carta adjunto un plano del lugar subterráneo donde estuvo mi laboratorio, y que les permitirá hallar la forma. Porque cada cosa en este mundo tuvo una receta de origen. Y... sin querer copiarle a Dios,  estoy intentando por medio de cada uno de Uds. ,  simplemente de proteger su obra.

              Durante muchos días, nos turnamos para cuidar los raros objetos que requerían pocas pero concisas atenciones y con el transcurso del tiempo fuimos  testigos de las primeras y extrañas transformaciones que empezaron a modificar el aspecto de las bolitas de colores hasta que una mañana primaveral, cálida y rosada por los innumerables destellos de la campana atmosférica de cristal,  todas las esferas comenzaron a romperse lentamente, a partirse, a rasgarse... como si tuvieran vida propia.  Y ante nuestros ojos maravillados e incrédulos, un millón de seres multicolores desplegaron de su cuerpo alargado y blando, maravillosas membranas húmedas y afelpadas. Entonces, eufóricos y felices como jamás nos habíamos sentido, abrimos las ventanas. Después de dos siglos, el mundo al fin, volvía a tener mariposas y colores. Esa lluvia inquieta que con sus gráciles despliegues, se desplazó y se desparramó adornando  las grises construcciones flotantes en la última capa de la atmósfera, del año 2508. .  En ese instante, todas las ventanas se vieron repletas de personas que se apoyaron en ellas para no perderse el espectáculo. Algunas sacaron sus brazos  intentando tocarlas, atrapar por un segundo el esplendor desconocido de sus alas. Pero la colorida nube se movió en una marea desdibujada, con majestuosos aleteos, desparramando en el cielo el polvo fúlgido de sus alas mientras se alejaban.

-          ¿Adónde van, mamá? – preguntó Kulai entristecida de perderlas.

-          A buscar las flores. – le respondo llorando, conociendo su destino inevitable.

-          ¡Flores! ¿ Para qué? – interrogó Stair.

-          Para vivir... – intento explicarle.

     Porque en este mundo gris, metálico, de alimentos sintéticos elaborados por las programadas máquinas alimentarias; de ciudades flotantes aisladas en sus cúpulas cristalinas de la contaminada y radioactiva superficie de la tierra;  de luz y calor artificial; de conocimientos de avanzada, fecundación in vitro y clones, las únicas flores que conocemos, son las dibujadas en  algunos viejos cuadros  conservados en los museos de arte antiguo. Y es allí, cuando comprendemos la profundidad del mensaje que nuestro antepasado, el abuelo, nos quiso transmitir y la enormidad de la pérdida. Pero sólo cuando el humo del ambiente las termina ocultando a nuestra visión, tomamos la decisión.

       Y en el mismo instante en que cada uno de nosotros,  deja abierto los canales telepáticos comienzan  a llegar los mensajes de distintas partes del mundo. Así todos fuimos enterándonos de las innumerables experiencias parecidas a las nuestras, vividas por otros elegidos que también habían recibido la  extraña caja con esa recete de un pasado desconocido. Como también supimos que los seres que habían criado, o aún estaban esperando que nacieran, eran diferentes a los nuestros.

            Un año después, fijamos la fecha de la cita y finalmente nos encontramos todos en el laboratorio subterráneo de mi abuelo, desconocido y oculto para esa civilización que con sus hongos atómicos, inhabilitó por milenios gran parte de la superficie terrestre.

           Y fue allí donde hicimos el pacto que cambiaría el futuro del mundo. Crearíamos una reserva cerrada, que sería el lugar desde donde daríamos inicio a un proceso de recuperación limitada y protegida de la naturaleza,  que con el tiempo, con dedicación y perseverancia, tal vez podríamos ir ampliando.  Con las fórmulas cromosómicas y las recetas biológicas tan bien conservadas en el laboratorio secreto, habíamos decidido cumplir el sueño de ese hombre que, sin querer copiarle a Dios, simplemente había hecho el último intento, para salvar su obra. Y la llamaríamos  El “PARAÍSO ORIGINAL”, por ser ese lugar, una nueva oportunidad para la belleza perdida. Para el renacimiento. Porque el hombre, más allá de la destrucción y las pérdidas, siempre encuentra cómo hacerle un lugar a los sueños, al optimismo, a la vida...  Y estábamos decididos a conocer cómo había sido vivir rodeado de brisa, de pasto verde, de mariposas, aves y flores. Al menos, valía la pena intentarlo por nuestros hijos y nietos.   Como quiso el abuelo.

 

  • Cuento Ecológico - Finalista en el Certamen Internacional de Cuento ADEPA-ICA “ Por una cultura animalista” – Perú- diciembre 2005
  • Publicado en el V Encuentro de Narradores y Poetas- Bialet Massé - Córdoba - 2011

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Comentario de SENDA el noviembre 30, 2012 a las 1:22am

Ando revisando  cada texto  para corroborar las evaluaciones y observaciones del jurado, antes de colocar los diplomas.

Gracias por estar aquí compartiendo tu interesante obra.

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