LA AVISPA Y LA TARÁNTULA.

[Càstor A. Olivier O.]

De “El mundo de los Insectos”.

 

 

Movíase, Doña Tarántula en actitud silente, calculando sus pasos, observando el ambiente, su impresionante aspecto de colores diversos con visos tornasoles en forma de arreboles en su frondoso cuerpo.

La observaba Una Avispa, que danzaba en el aire con raudos movimientos y se acercó sin prisa coqueteando con la brisa, luciendo con estilo sus alas transparentes. La Arrogante Tarántula, en actitud aviesa crispaba su pelaje y se veía inmensa, estremecía su brizna, como gramínea inquieta en onduladas formas, en un flamear intenso.

Se dirigió a La Avispa y le dijo en voz recia: ¿Qué te trae por aquí criatura famélica? Este es mi territorio, me incomoda tu estilo, me inquieta tu presencia. La Avispa zigzagueando en el espacio abierto, respondió con prudencia, Necesito el cuerpo de un arácnido para poner mis huevos y la he elegido a usted, ¡Su Excelencia!

Ja, ja, ja…, Macilenta criatura, ¿A caso no ves mi fortaleza? Tengo ocho patas y dos manos y tú no aguantas un manotazo de mi diestra, La Avispa en zigzagueante vuelo, como dardo invisible le enterró la ponzoña, Doña Tarántula no podía verla, inútilmente trataba de alcanzarla y La Avispa, haciendo gala de su gran velocidad la aguijoneaba con recia intensidad y sutil ligereza, Doña Tarántula indefensa daba saltos y saltos en el suelo, en pocos minutos, La Avispa arrastraba el cuerpo del gigantesco arácnido para depositar sus huevos.

¡Así es la Naturaleza!

 

 

 

Cástor A. Olivier O.
Venezuela.