INGRATITUD

[Benjamín Adolfo Araujo Mondragón]

INGRATITUD

Está el hijo emocionado, porque se acerca el Día de las Madres. Como cada año, piensa, "he de encontrar el regalo adecuado para mi mamá" y enseguida sonríe con solo pensar la cara que pondrá ante su enorme, "porque así lo imagina", enorme obsequio.

Mientras eso ocurre, su padre, un obrero de la General Motor's afincada en la zona industrial de Toluca, ha quedado despedido. Nadie más lo sabe, solo el pobre obrero que, angustiado, pide a un compañero su teléfono celular "porque el mío ya no tiene saldo" e intenta comunicarse con un abogado laboral que un día repartió fuera de la fábrica sus tarjetas, "para lo que se les ofrezca...".

Juanito, que es nombre del niño de apenas once años de edad, estudiante de quinto año de primaria, llega a su casa y encuentra a su madre, Doña Mari, en los quehaceres domésticos.

-Qué bueno que llegaste hijo, vete por las tortillas.

Y le entrega un billete de veinte pesos. El chamaco veloz como buen crío, corre rápidamente y lo atropella un auto que no vio al niño que cruzó la avenida sin fijarse.

El chofer del automóvil se paró para ver qué le había pasado al chamaco e intentó auxiliarlo. Juanito yacía, en el suelo, inconsciente. 

Casi a la par, Ramiro, el papá, regresaba de la fábrica, con cara cejijunta por lo sucedido en el fin de sus tareas. Y se encontró con ese cuadro: el chamaco semiconciente, con algunos golpes en la cara y el cuerpo, con la esposa, madre angustiada y un extraño, el hombre que atropelló a su hijo, con la mirada de pocos amigos pero queriendo reparar el daño hecho por el accidente.

Ante la circunstancia, el hombre presentó su licencia de manejar y cuál sería la sorpresa de Ramiro cuando descubrió que se trataba del abogado Juan Nava, especialista en asuntos laborales, con quien había hablado momentos antes para darle a conocer su angustiosa situación de despido injustificado.

La realidad supera a la ficción. De ese modo se inició un juicio que Ramiro, Mari y Juanito ganarían poco después de un año, pero con creces, pues lograron sacarle a la empresa una enorme cantidad que sirvió para comprar una casa y vivir bien mientras Ramiro logró otro empleo similar en otra empresa del ramo.

Pero antes contemos, qué pasó en el inminente Día de las Madres que estaba por llegar; pues, como es natural, Juanito no tuvo dinero para el regalo y la mamá le dijo "no te preocupes, lo importante es estar juntos y felices"...

Pero Juanito era obsesivo y creció y maduró con la idea siempre de que era un hijo ingrato, al no haberle dado a su madre el regalo gigantesco que soñó.

[Benjamín Adolfo Araujo Mondragón]

¡Muchas gracias, Jesús, por tu lectura y comentario!

Alejandro Sandoval y Jaime Sabines.

[Benjamín Adolfo Araujo Mondragón]

¡Mil gracias y bendiciones, querida Aimée!

Feliz jueves...

El finado artista plástico mexicano, Rafael Coronel, descansa en paz.

[Aimee Granado]

Muy hermosa narrativa, con un mensaje lleno de sensibilidad.

Me agradó mucho .

[Benjamín Adolfo Araujo Mondragón]

¡Una vez más, gracias, Hugo Mario; un abrazo hasta la Argentina!

Otro cuadro de Rafael Coronel. QEPD.

[Hugo Mario Bertoldi Illesca]

Mi estimado Benjamín, veo en este texto, narrado con exquisita puntillosidad descriptiva y preciosa sensibilidad, la desnudez de tu alma de hombre permeable a las emociones y talentoso en el arte de transmitir sentimientos a los ocasionales lectores de tus textos. Me gustó mucho y aprendo de ti, querido amigo. ABRAZONRISAS DE MONO.