Así vivimos los pobres
en casas hechas en faldas de los cerros
huérfanas de Luz, agua y desagüe.
Almorzando día a día el plato de la picante hambre;
sintiendo el frío del olvido de los gobiernos.
Disfrutamos
ocultas alegrías que los ricos no tienen,
ni entienden.
Sonriendo ampliamente con pocos dientes
a un destino funesto,
en casas de cartón o de madera.
Los pobres somos felices con poco,
exultamos corriendo tras una pelota de trapo o de papel,
nos unimos como una piña frente a una desgracia del vecino,
compartimos nuestros pedazos de miseria con el otro.
La palabra envidia no existe entre nosotros.
Así vivimos los pobres, recostados
en mantos de necesidades,
trabajando a brazo partido para mandar a nuestros hijos al colegio
y darles alimento.
Los pobres del mundo somos muchos,
decidimos en las elecciones de los gobernantes,
somos la rueda que hace girar la economía mundial,
pero pocos lo reconocen.
Nuestra voz en la sociedad es apagada,
somos relegados, marginados y discriminados
por gente que se dice ser rica,
pero muy pobre en humanos sentimientos.
Morimos, nos llevan a enterrar amigos sinceros,
sin gafas negras y con llanto verdadero,
sin interés escondido, ni doblez.
Somos pobres
con riquezas
plantadas en el alma,
riquezas que muchos ricos quisieran tener en sus ampulosas y vacías casas.
Autora: Edith Elvira Colqui Rojas-Perú-Derechos reservados
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