HIEDRA

[Benjamín Adolfo Araujo Mondragón]

H  I  E  D  R  A

HIEDRA

La vida es una enredadera,

se sube y se baja en las escaleras

de nuestras venas que circundan

por todo el organismo; caminamos,

botamos, salpicamos de gozo

y asimismo de espanto, de terror

y de miedo; sabemos que este camino

no es sencillo es una hiedra que se mueve,

camina, avanza, crece, crece y crece…

 

Todos tenemos un destino que desconocemos,

por buena suerte no lo conocemos, porque

si lo supiéramos estaríamos impávidos y yertos;

pero avanzamos también como la hiedra

que se ha apoderado de nosotros desde

nuestro nacimiento; y desde ese momento

no para, mueve su dorso, avanza sin descanso

y finalmente llegará un momento en que pare…

pare, irremediablemente, en el día destinado

a nuestro final: la muerte, así de simple

cuando todo se acabe y finalice: muerte…

 

Pero no nos detengamos en el entretanto,

avancemos con tiento y sin remilgos;

veamos con la mejor sonrisa el mundo

que nos rodea, sin importar que repugne

a nuestra vista, y a nuestros sentidos;

sonriamos, pese a todo, porque esa clave

es la fuerza que nos sostendrá colgados

de esta inmensa rama que es la vida.

Y de la que pendemos, junto con los demás

semejantes nuestros en este diluvio de estrellas

que es la enredadera, la hiedra infinita

de nuestros gozos, placeres y amarguras.

 

Hiedra que nos dominas sin saber bien a bien

por qué, ni para qué; pero más vale que le pongamos

un signo y un destino. Porque de lo contrario

todo habrá sido en vano en esta enredadera,

hiedra sofisticada que nace, crece, se desarrolla

y muere, para matarnos con ella mientras fuimos.

[Benjamín Adolfo Araujo Mondragón]

¡Muchas gracias querida Teodora por tu sensato y puntual comentario; excelente domingo, lleno de las mejores cosas de la vida para tí y los tuyos!

[Benjamín Adolfo Araujo Mondragón]

¡Excelente inicio de semana y muchas gracias por tu poético comentario de alta sincronía y belleza y, como si fuera poco, por ese destacado hijo de tu bonhomía infinita y fraterna, querida Aimée; buenaventura para tí y los tuyos!

[Benjamín Adolfo Araujo Mondragón]

¡Gracias querida Liliana Mariza; feliz inicio de semana, muy buen domingo!

[Teodora E. Leon Salmon]

Continuemos en esta enredadera de la vida de la que pendemos hasta el final. Gusto de leer tu buena reflexion a la vida, poeta.
Saludos cordiales
Teodora

[Aimee Granado]

Pero no nos detengamos en el entretanto,

avancemos con tiento y sin remilgos;

veamos con la mejor sonrisa el mundo

que nos rodea, sin importar que repugne

a nuestra vista, y a nuestros sentidos;

sonriamos, pese a todo, porque esa clave

es la fuerza que nos sostendrá colgados

de esta inmensa rama que es la vida.

Maravillosa entrega con ese toque tan especial que caracteriza tu estilo literario vasto y propicio para reflexionar y plantearnos interrogantes.

Me han encantado los recursos que has utilizado, el simbolismo  que acerca a lo real con lo maravilloso de la existencia, las metáforas empleadas que nos acerca a lo cotidiano de la vida en su periplo  lleno de azares y controversias. 

¡Y el humanismo diluviando sus bondades entre versos!

Definitivamente hermoso y muy sugestivo aporte que felicito.

[Liliana MarIza Gonzalez]

Y de la que pendemos, junto con los demás

semejantes nuestros en este diluvio de estrellas

que es la enredadera, la hiedra infinita

de nuestros gozos, placeres y amarguras.

BELLO!

Gracias

mary