algunas veces te levantas con las manos estiradas
lejos del cuerpo y a cada lado de la cama
donde nadie yace
acaricias las sábanas con las manos
pero tú
ya no compras el queso graso
ya no necesitas cerrar la puerta del baño
no te arrepientes de estar cansado por la tarde
no dejas que nadie te quite los pantalones
la mesa del comedor se ha convertido en una gran superficie
donde pones las cacerolas y las especias lo más cerca posible de tu plato
Estirar las manos
todas las mañanas
para tocar a la persona amada
es un acto ritual
que se puede volver costumbre
y morir la emoción inicial;
tengamos mucho cuidado de que eso ocurra
y evitamos la costumbre
para tocar con la mano
a la amada como cosa siempre nueva.
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