Ya están cayendo las sombras de la noche
Sobre las cuatro paredes de cemento
De la alcoba o tal vez el aposento
De aquel hombre que gime su derroche.
Será que alguien le echa algún reproche
Sobre su forma de actuar y mal comportamiento
Que a su mujer le ha causado tal sufrimiento
Que en la huida ha dejado abandonado el coche.
Los rayos del sol, iluminan un nuevo día
Para el hombre que se levanta soñoliento
De aquella resaca que le acompaña todavía.
La que fuera su mujer corre raudas al viento
Tratando de alcanzar aquel tranvía
Que la lleve a las puertas de un convento.
Manuel Ibarra
Caracas/Venezuela
05-12-2019
Derechos reservados.
Comentario
Belloooo
Agradezco compartir, Manuel Antonio, tu poema en el que relatas una triste historia de desamor. Abrazonrisas.
Los rayos del sol, iluminan un nuevo día
Para el hombre que se levanta soñoliento
De aquella resaca que le acompaña todavía.
Muy buen soneto
Impecable
Gracias
mary
Un soneto muy destacado
Ernesto
Me encanta tu soneto, saluditos poeta
¡Todo lo que causó una noche, él salió de casa dejando todo y ella se fue al convento!
Es que hay derroches no solo financiero, sino también de moral, se menoscaba todo el respeto mutuo que ha nacido en una pareja, toda esa consideración y lucha mancomunada que se ha desplegado para construir juntos un hogar, se cae como un castillo de naipes. Y es que el amor es una emoción que exige constante atención, dicen que la mujer es una flor, lo es precisamente como el amor porque es más sensible y delicada que el varón,
Gracias mi querido Manuel!
Grandioso compartir
Agregado por Nilo 0 Comentarios 1 Me gusta
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