Voz apagada
por el menguado aliento
y ojos cegados, deslumbrados…
El infinito y la soledad reinan,
una nevada soberbia
se deposita en altas cumbres.
Aire translúcido.
Los picos de la montaña
semejan gigantes escondiendo
sus cabezas en las nubes
mientras entierran
sus pies en la arena.
Levedad de la atmósfera
y el “soroche” castigando al humano
que se atreve a recorrer este paisaje,
el “akulliku” infla su mejilla
mientras la coca en la sangre
cumple su cometido.
El morador ofrece un rostro pálido
de caracteres tibetanos,
su voz y la música son poéticas
con una cadencia especial;
diestro con la quena
a la que hace emitir
su dulce quejido.
Todo es esplendor.
Una “catedral” producida
por la erosión de siglos
se yergue imponente,
la cubre un manto tachonado
de luceros con una luna menguante
que transmite su hechizo
a la noche misteriosa.
El ulular del viento helado,
es multiplicado por el eco
de las rocas.
La Pachamama simbolizada
por la piedra sella su boda
cósmica con el Sol,
padre de los días del inca;
constituyen la pareja
de divinidades ancestrales.
Las hojas de coca son
sus aliadas en esta ceremonia.
La claridad del aire tiene apariencia de cristal
acompañado de un cielo frío y metálico
constituyen un dúo sobrenatural.
Pueblo nativo posterior
a la conquista…
desnudo, miserable,
consumidor de muerte,
explotado sin compasión,
con su sudor riega la tierra
en silenciosa plegaria.
Súbdito obligado de reyes
coronados por el imperio
y elegidos por una
“baraja financiera”,
en alianza de explotación
y saqueo de las riquezas
escondidas en la sagrada
entraña de la tierra convertida
en bien negociable.
Pueblo altivo en un escenario
de soberbias cumbres
¡cuánta violencia te obligó
a doblegar tu sueños
de grandeza y libertad!
El paraje de ensueño se refleja
en el inmenso espejo del lago
inmensa copa que brinda por la
naturaleza con su agua dulce.
En su superficie se deforman
las imágenes por el viento,
en oportunidades violento,
torbellino delirante.
Y el cóndor, rey del cielo,
soberano de los pájaros,
planea majestuoso
en el azul transparente
de lo más alto del mundo.
Una llama trisca pastos secos,
se desplaza lenta y solemne,
detenida un momento
como para tomar aliento,
tornándose atemporal.
El gran vacío e inmenso silencio
se manifiesta ostentoso
mientras se produce
un tráfago de nubes.
Llegada la noche sombras
atraviesan el aire diáfano,
libran batallas fantasmales
regidas por las diosas nocturnas.
¡Del fondo del tiempo emergen
en este siglo XXI
en que otras batallas
mantienen encadenado
este pueblo de paciencia infinita
a opresores de intereses espurios!
Delia Checa – D. A. R.
Mendoza, Argentina
Comentario
Ml gracias, Teodora. Considero que el pueblo nativo en algún momento tendrá que ser reivindicado del todo ese sufrimiento no solo por lo climático sino también de tanto depredador humano.
Saludos fraternos.
Muy agradecida, Iris, por tu bello comentario-aporte.
Cariños.
Yo estuve muchos años morando en Puno,
el Altiplano Peruano, por asuntos de trabajo.
Hace mucho frío, intenso frío,
pero la gente que allí vive, es tan generosa y tan buena
que con su calor humano y sus bondades,
nos dan ese afecto cálido que supera todo clima frígido.
En el altiplano puneño he podido divisar
la luna más hermosa, la más grande que mi memoria recuerda.
Es otro mundo...pero es un bello cielo...
Gracias Delia por tu bello compartir.
Muchas gracias, María,
un placer leer tu comentario.
Un saludo desde Argentina.
Muy agradecida, Aimée, por tus maravillosas palabras
que llegan muy hondo, así como por el destacado.
Abrazo fraterno.
Majestuoso poema, amiga, como el cóndor que sobrevuela las cordilleras andinas. El pueblo indígena sigue siendo maltratado y vive sin ser el dueño de su propia tierra. Felicitaciones. Saludos
Bello el panorama de los cerros, las cumbres nevadas y el ambiente de tus versos recreando la realidad cotidiana de sus habitantes, de la gente de la tierra propiamente dicha.
Repercusión de lo ancestral en el arcano silencio que delata sus enigmas, en medio de un panorama maravilloso donde la naturaleza ha hecho sus milagros.
Y tus versos nos trasladan a escenarios de continuas batallas, que aún se mantienen en estos tiempos, donde los intereses mezquinos someten y oprimen a los pueblos oriundos.
Gracias amiga por este compartir comprometido con la sagrada entraña de la tierra y sus misterios.
Un saludo cordial.
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