EL SOL QUE LO AMPARO DE LA TRISTEZA
Cuando a la linda moza el vio,
de rostro dulce y vivaz,
se avivaron sus sentimientos,
y con su pasión la quiso cobijar.
Un telón del duro acero,
el podría descorrer,
solo para mirarla un momento,
y su belleza cantar y alabar.
Le llegó la curiosidad,
de conocer más de la beldad,
y disfrutar al tenerla,
a su lado por una eternidad.
Amarla bajo el espacio azul del día,
y por la noche con las estrelladas lamparas;
para eso pedía a la providencia,
lo ayudara en su amorosa empresa.
Esa mujer fue con el tiempo
el sol que lo amparó de la tristeza,
y una fuente de gran inspiración,
y generadora de constante ensoñación.
J. Jesús Ibarra Rodríguez.
México. D . R .
Comentario
Elias Antonio Almada, amigo escritor gracias por estar aqui en mis letras.
Recibe un fuerte y fraternal abrazo.
Agregado por Nilo 0 Comentarios 1 Me gusta
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