Deambulando por una sosegada avenida en Sentisemo, transita con paso lento y pesado, a hurtadillas, la consciencia. Con su ceño fruncido da entender que carga una enorme amargura. De pronto se detiene, mirar a ambos lados y al mirar hacia atrás, de inmediato emprende una veloz carrera; sin duda alguna está huyendo de alguien o de algo… quién sabe.
Al doblar una esquina cae rendida, se sienta en un andén con la cara entre sus manos, solo piensa en su vergüenza mientras espera a la enemiga que le viene persiguiendo, pues ya no tiene alientos para seguir corriendo. Hasta ahí llega la memoria agresiva y burlona, toma a la consciencia por el cuello obligándola a levantarse… ahora frente a frente, estas dos enemigas (temporales porque luego volverán a ser amigas), se enfrascan en una discusión en la cual la memoria pretende endilgarle toda la culpabilidad a la consciencia consiguiendo con esto asfixiarla con sus propios remordimientos; mientras tanto ella, la memoria, triunfadora y gozosa zapatea sobre su enemiga alegremente.
Sin embargo, la memoria también se cansa y suelta por un tiempo a su enemiga, encuentra un rincón oscuro y frio para descansar, allí se recuesta y cae en un profundo letargo, olvidada por completo de su enemiga (temporal). La consciencia aprovecha esta circunstancia y huye del lugar en busca de un refugio seguro; ya conoce el camino, lo ha venido calculando desde que empezó a padecer la alevosía de la memoria. Al llegar a su nuevo asilo, la consciencia entra silenciosa y sorda; sin palabras y sin sentimientos es recibida por un anfitrión inerte, pero protector… su protector.
Al despertar del largo sueño, la memoria percibe la ausencia de la consciencia, sonríe y se dirige al cementerio, con paso ligero y firme. Triunfadora entra al camposanto, se detiene para identificar su objetivo en este lugar, una vez identifica la yacija del olvido, se encamina hacia allá.
Al llegar, la memoria se regocija al encontrar la consciencia sepultada en el olvido.
Comentario
Gracias Orlando por tu tiempo para leer y comentar. Me siento honrada con tu apreciación.
Saludos desde Colombia.
Gracias Magnolia Stella. Hermoso, me gustó muchísimo. Me tomaré la libertad de enviarlo (con tus reconocimientos) a algunos "viejos amigos" a quienes la eterna "disputa" entre conciencia y memoria propició (sin percatarnos) que el frió olvido nos atrapara. La verdad que me encanto Gracias Gracias!!!
Gracias por tu apoyo Poeta.
Un abrazote desde Colombia.
Gracias Poeta Ma de los Angeles, por tu apoyo.
Fraterno abrazo, desde Colombia.
Gracias por apoyo Teodora E. Leon Salmon.
Abrazo Poeta, desde Colombia.
Gracias por tu apoyo Poeta Maria Beatriz Vicentelo Cayo. Claro que lo deseable es que sobreviva la consciencia; es justamente lo que no sucede.
Un abrazo enorme y de nuevo, gracias por el apoyo.
Gracias Poeta Delia Pilar por el destacado.
Bendiciones por montones, Poeta.
Gracias Beto Brom por el inmerecido premio " DOUZE POINTS ".
Un abrazote, amigo.
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