EL GUAMUCHIL
Era una delgada varita, que un día soleado brotó, en una jardinera su presencia se notó.
Alimentándose con sol y agua, en la primavera creció, y le salieron las hojas
y de corazones verdes se llenó. Al principio nadie sabia, que era ni porque
había salido, pero con el paso del tiempo, se vio que un Gamuchil era el nacido.
Ese árbol de clima cálido, aumentó de tamaño, y por su tupido follaje,
la sombra bajo de el se presentó. Pronto se le notaron unas vainas, en las ramas
y colgantes, las que dentro tenían frutos, al del tamarindo semejantes.
No tardaron en visitarlo, abejas y aves para deleitarse, con esas semillas melosas
y carnosas, y por ende deliciosas. Queriendo alcanzar las nubes, creció a pasos
agigantados, y con la humedad que la tierra prodiga, su naturaleza vive.
Hoy muestra su belleza en todo su esplendor, verlo es muy agradable,
y a su tallo y ramas grises, palparlos es inigualable.
J. Jesús Ibarra Rodríguez.
México.
Comentario
Distinguida poeta Aimée Granado Oreña, mi pagina se ilumina con su presencia.
Mi gratitud le envío por su grato comentario.
Reciba un cordial abrazo.Felicidades.
Hoy muestra su belleza en todo su esplendor, verlo es muy agradable,
y a su tallo y ramas grises, palparlos es inigualable.
Excelente narrativa
Gracias
mary
Agregado por Nilo 0 Comentarios 1 Me gusta
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