Hay un huerto que comparte mi nostalgia.
Allí se esconden mis lágrimas.
Ahora que estoy desnuda y es de madrugada
déjame desvestirte con el rugido de mi boca
para que estalle el milagro.
Déjame ofrecerte mis gemidos para alcanzar la luz
y el vino de tus deleites y la danza.
Y así regresar a vestirte con mis besos.
Volveré a mi huerto y allí guardaré tus perlas
para bordar el collar del recuerdo.
¡Tienes que ser miembro de ORGANIZACION MUNDIAL DE ESCRITORES. OME para agregar comentarios!
Únete a ORGANIZACION MUNDIAL DE ESCRITORES. OME