Una hermosa rosa fue entregada
al amor relampagueante,
terminó atrapado con una simple mirada,
pero, el impacto fue fulminante.
La mujer llora desesperada
a los pies del lecho de la muerte,
ella, aún estaba enamorada,
pero, poco le duro la suerte.
Grita sin consuelo la hermosa mujer
porque no lo puede creer
que en sus brazos murió el amante.
Dama distinguida, muy elegante
se quedó con el efímero amor
cuando el hombre, fue a morar con él Señor.
Ahora ella se oculta detrás de una máscara,
cada vez que escribe una poesía
quedando el amor, vagando en una travesía.
Autor: Santos M. González
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