Dueto Volcánico: de los poetas Yamilet Blanco y Marco González

[marco gonzalez]

 

Dueto: Amor de los Poetas: Marco González  y Yamilet blanco

 

Yamilet Blanco

 

Amor déjame saborear una gota de tus sentires,

déjame probar,

el néctar que se deshace en tu boca

deja que me entere que la poesía existe en tu piel

y desgranando las palabras

pueda soñar, el itinerario de un beso

tus labios.

 

 

 

Marco González

 

Amor

eres la fruta que ansía mi boca,

el néctar prohibido para aplacar mis ansias locas,

eres poesía hecha mujer,

canción de ensueño entre húmedas sabanas,

impregnadas del alcohol  de tu tibia piel,

vamos a soñar que nada existe

y vivamos esta pasión arrolladora,

con las cerradura del corazón abierto

y convirtamos este amor en una canción,

que la entoné feliz todo el universo.

 

Yamilet Blanco

 

Déjame 
déjame soñar el sueño perdido, en la nada de la distancia
que te secuestra de mis manos,
déjame abrigarse con un suspiro apasionado 
y en nuestra lengua
hagamos un himno de gloria y gemidos
como el burgués 
o el gentil hombre
que entre sábanas tiembla la rigurosa medida de un beso.

 

Marco González

 

No

No

No.

Basta de soñar,

pues la vida se me va,

fantaseando con saborear tus blancos pechos,

No

No

No,

Me rehusó tajantemente,

a seguir soñando con tu suave piel,

mientras ciego de celos,

te imagino al lado de otro ser.

No, No, No y mil veces No,

 

Es hoy amor,

porque puede ser que mañana,

la vida se convierta en silencio

y nuestro amor,

sea la inspiración perfecta

para un forastero poeta,

que alguna vez leyó,

que no nos pudimos amar

y que nuestra piel se secó

de tanta ardiente pasión,

sin poder beber el fruto apetecido

de tu húmedo vientre.

 

Yamilet  Blanco

 

Ven, déjame escurrir al sur 
en busca del tesoro anhelado
y cuando florezca 
abraza el fragor de mi alma y cultiva la melodía asesina que anhelo.

En el nombre de Dios 
déjame navegar tus aguas de ardores profusos 
huyamos del orden 
y de las virtudes escuetas 
hagamos miel y melcochas en aras de la paz de nuestras almas.

 

 

Marco González

 

Te Advierto.

Que soy un volcán apagado,

que tengo  fuego escondido bajo mi piel

y que puedo quemar los sentidos

para hacerte mujer.

Te advierto,

que muchas lunas te he soñado,

que hasta el mismo sol por mi te ha llamado,

y que puedo hacer retroceder el tiempo,

para vivir lo que la vida nos ha robado

y que en nuestras noches no habrán horas,

que se paralizar el universo,

para vernos amar,

como tanto soñé.

 

Yamilet Blanco

 

Blanco es el hecho gozoso de mi alma
entre las líneas de tus versos
húmedas y serpenteadas las ansias frenéticas de tenerte

y esa advertencia me aviva 
y reaviva el placer encerrado en las palabras
en mis alas

de niña buena.

 

Marco González

 

Te imagino perversa,

gateando traviesa sobre mi cuerpo,

buscando en cada poro de mi piel

un motivo para ser mujer,

no te quiero niña  buena,

deseo sentir tu sangre arder,

que te desnudes con la prisa

que arde en mi sien

y que me pidas a gritos que de una vez

te haga sentir mujer.

 

Yamilet Blanco

 

Entre suspiros y espasmos 
navegaré 
tus aguas ardientes. 
En la danza 
sin los siete velos 
mi vientre palpitará por siempre.

 

Marco González

 

A tus ardientes aguas arribaré,

con la espada del amor en alto,

te sacaré los suspiros

que tenías guardados,

y de tu vientre rugirá el placer

mientras mi cuerpo oscilante

sacudirá las horas

y veras una nueva alborada

al ritmo de la pasión

que por años,

para ti en un cofre de ensueño

tenía atesorada.

 

[Ariel Víctor Lowenstein]

Me deja sin palabras tanta buena expresión entre dos almas.