DRAGÓN PANZÓN Y SU SUEÑO DE ROCK AND ROLL.


Escondido en el fondo de una fría y oscura cueva, allá muy al sur del continente, en una montaña de hielo dentro de la cordillera de los Andes, se encontraba el Dragón Panzón. Era él el único sobreviviente de una casi extinta casta de feroces dragones. Esos que alcanzaron mucha fama en la época medieval, pero que en realidad han existido en la tierra desde el principio de los tiempos.

El Dragón Panzón era un dragón joven, de unos 250 años de edad aproximadamente. Era muy noble y soñador. Su mirada era intensa y amenazante, pero al mismo tiempo expresaba ternura. Tenía un corazón muy dulce.
En sus muchos ratos de ocio le gustaba leer poesía y se imaginaba enamorado. ¿Cómo sería? ¿Cómo sería sentir un beso?

Cada día, salía de su cueva a volar un poco por sobre la blancura de los Andes, así desentumía sus pequeñas alas y sus grandes y gordas patas. Era muy estricto y nunca salía de su zona conocida, regresando siempre antes del atardecer para tomar su siesta de cuatro o cinco días.
Pero en cierta ocasión, se atrevió a volar más lejos de lo que acostumbraba. Cruzó por todo lo alto el cerro Tronador y sin darse cuenta llegó a las orillas de San Carlos Bariloche. Un sitio turístico enclavado en la Patagonia.
Ahí quedó asombrado al ver por primera vez en su corta vida al ser humano.

Desde lejos y medio oculto por una pequeña montaña de nieve, los observó con detenimiento por un largo rato, hasta que cayó la oscuridad de la noche y se atrevió a acercarse con gran cautela.
De acuerdo a las leyendas que sus padres le contaron hace mucho tiempo, los hombres eran malvados depredadores que mataban dragones solo por diversión. Siempre recordaba las palabras de su padre “Cuídate de los hombres, porque atacan a traición” Eran por decirlo de alguna manera, enemigos por naturaleza y la historia entre ambos había sido escrita con sangre y muerte.

Pero Dragón Panzón los veía de una manera diferente; conviviendo, platicando, jugando, riendo y pasando buenos momentos unos con otros. Por un breve instante deseó ser uno de ellos.
De pronto, algo llamó fuertemente su atención, paró sus cortas orejas y buscó el origen de aquello que había escuchado. Paso a paso fue acercándose mientras que “aquello” se escuchaba cada vez con más claridad, hasta que llegó a una gran cabaña de donde provenía eso que lo cautivó al instante.
Con toda cautela se asomó por una ventana y quedó maravillado. Un grupo de rock tocaba a todo volumen, entre luces de todos los colores y bocanadas de humo.
Esta música, fuerte y estridente lo tenía maravillado. Sin darse cuenta, su gran cuerpo de dragón comenzó a bailar siguiendo los pasos de los que ahí se encontraban.
En un momento, vio como el escenario se iluminaba con unas grandes bolas de fuego salidas de quién sabe donde. La gente gritaba, enloquecía y bailaba con más intensidad. Él quiso ser parte de todo esto y sin pensarlo abrió su gran hocico y expulsó una gran llamarada.
Cuando el fuego se extinguió, todo estaba reducido a cenizas. Ni gente, ni música, ni luces, ni nada.
-Ups- pensó.
Con gran remordimiento extendió sus alas y voló de regreso a su cueva. Ahí se mantuvo encerrado varios años.
Sin embargo, ahí en su oscura soledad aun podía escuchar el ritmo contagioso del Rock and roll. Esa música que le había entrado por las orejas y le había invadido todo el cuerpo. Por más que intentaba, el ritmo no se le desprendía de la dura cabezota que tenía.
-Algún día seré famoso y cantaré Rock and roll- Se decía mientras tocaba su guitarra de aire y bailaba al estilo de James Brown.
Pasados los años, Dragón Panzón se decidió volver a Bariloche. Tenía muchas ganas de volver a escuchar la música que le agradaba. Se puso su gran chamarra de piel con estoperoles y sus lentes negros. Se hizo un peinado a la Bill Halley y partió.
Muy grande fue su tristeza al no poder encontrar un sitio donde rocanrolear. Fue entonces que se decidió volar más al norte.
Voló sin rumbo fijo por horas y horas. Cuando se percató que bajo sus alas brillaban las luces de una gran ciudad, y pensó que ahí seguramente encontraría lo que buscaba, se decidió a bajar a poner patas en tierra.

Maravillado por el bello y alegre colorido del lugar, recorrió todo el barrio que llamaban de La Boca. Vio que mucha gente se dirigía a un mismo rumbo y los siguió pensando que irían a un concierto de Rock. Pero no, resulta que todos iban al estadio de futbol a ver jugar al Club Boca Juniors…
-Tiempo perdido- pensó.

Siguió buscando y recorriendo todo el barrio, hasta que a sus oídos llegó algo que identifico como música. Apresuró el paso con grandes ansias hasta que llegó al sitio de donde provenía, pero no era lo que el buscaba. Se alejó del caminito mientras a sus grandes espaldas se escuchaba el triste lamento de un tango.
Cruzó por el puente de la mujer y visitó muchos otros lugares. A su paso causaba miedo y admiración entre los bonaerenses.
Finalmente cayó exhausto a las afueras de la Casa Rosada y descansó.
Se encontraba medio dormido cuando una gitana de intensa mirada y cabellos rizados se le acercó, y con un acento porteño le preguntó:
-¿Te puedo leer la mano, la garra o el ala?-
Dragón Panzón bajó la mirada y vio a aquella gitana que sin pensarlo, lo había enamorado profundamente.
Sin decir palabra o emitir gruñido, extendió su ala izquierda para permitir que la mujer hiciera lo que tenía que hacer.
-Veo música en tu vida, mucha música. Viajes, giras, fama… sexo, mujeres y rock and roll-le dijo ella, y agregó –Pero también veo el amor, ya que estás enamorado-
-¿Cómo puede un dragón panzón como yo ser una estrella de Rock and roll?-
La gitana, haciendo un gran esfuerzo por no hacer caso al aliento de azufre le contestó:
-Tú no eres un dragón, eres un hombre y pronto volverás a ser lo que hace mucho tiempo fuiste, pero ten cuidado, porque también habrá tragedia en tu vida-
Diciendo esto la gitana dio media vuelta y se alejó. Ya no soportaba el tufo del aliento del dragón.
Dragón Panzón pensó que aquella extraña y bella mujer estaba loca, y tenía razón. Sin darle mucha importancia buscó un lugar oscuro para poder dormir.
Al despertar sobrevoló por el barrio de Palermo y decidió explorarlo. Fue así que encontró un lugar llamado Vuela el Pez y que lucía ideal para descansar un rato. En eso estaba cuando un fuerte zumbido lo despertó. Quiso extender sus alas y sorprendido vio que no tenía, en su lugar tenía unos fornidos brazos. Exploró su cuerpo y se dio cuenta de que era un hombre. Aquella loca gitana tenía razón. De aquello que fue, solo la panza le quedó. Pero era un hombre y eso era lo que importaba.
Caminó en busca de aquel ruido que lo había despertado hasta que llegó a un pequeño escenario donde algunos músicos de largas melenas tocaban sus instrumentos.
Asombrado se sentó y admiró por un largo rato a los músicos. Escuchó los fuertes acordes de la guitarra con distorsionador, los golpes de la batería y las notas graves del bajo.
Mientras observaba imaginaba… y se veía entre ellos cantando y bailando al ritmo del Rock and Roll.
Asi pasó un largo rato hasta que enfurecido el guitarrista dejó su guitarra y les dijo a los demás:
-¿Qué caso tiene ensayar tanto si no tenemos un cantante?-
Y entre ellos siguieron discutiendo.
Dragón Panzón escuchaba atento y se dijo: -Está es mi oportunidad-
Subió al escenario ý ante los ojos asombrados de los demás tomó el micrófono.
-¿Quieren un cantante? ¡Aquí estoy!-
Y comenzó a cantar. Él se sentía como en un sueño, pero era una realidad-
Su voz era fuerte y podía alcanzar fácilmente las notas más altas. No sabía cantar bien, pero se le veía mucha energía y eso era bueno para el Show.
Los integrantes del grupo tomaron sus instrumentos y comenzaron a tocar, acoplándose inmediatamente con su nuevo cantante.
El grupo se hizo llamar Dragón Panzón y los desafinados. Tuvieron un gran éxito a nivel local.
Tocaron en El Hollywood de plaza Serrano, La Castorera, en El centro cultural Matienzo, en Ultra bar, El emergente, en el Niceto Club, y en todos los lugares de moda, subterráneos y alternativos para el Rock.
Gozaron de mucha fama y Dragón Panzón era un hombre feliz y enamorado, ya que en cada presentación su amada gitana se encontraba siempre en primera fila.
Pero una noche, antes de salir al escenario, tomó dos caballitos de mezcal que le habían mandado de Chilpancingo, México.
Esa noche el show fue un éxito como nunca antes. El público respondió y cantó con ellos cada una de sus canciones. Dragón Panzón había alcanzado su anhelado sueño.
Casi al finalizar su concierto, se escuchó un grito a todo pulmón, como nunca antes se había escuchado. Era Dragón Panzón dirigiéndose a su público: -¡¿Estamos vivos?!
Antes de que pudiera cerrar la boca, le salió un gran flamazo que nuevamente dejó todo convertido en cenizas, y su cuerpo, nuevamente en dragón se convirtió.
De la gitana tampoco había quedado nada que no fuera cenizas.
Ante el asombro de los sobrevivientes, extendió sus pequeñas alas y voló de regreso hasta su cueva en la montaña de la Patagonia, donde vive escondido desde hace muchos años.

Carlos Eduardo Lamas Cardoso.
México.
Derechos reservados.

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Comentario

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PLUMA MARFIL
Comentario de Carlos Eduardo LAmas Cardoso el noviembre 25, 2015 a las 1:11pm

Iris,

Agradezco mucho el que hayas leído este cuento. Muchas gracias por tu visita y tus amables palabras.

Saludos y bendiciones.


PLUMA MARFIL
Comentario de Carlos Eduardo LAmas Cardoso el noviembre 22, 2015 a las 8:04pm
Enriqueta,
Me alegra mucho que hayas pasado por este espacio y que hayas disfrutado de este cuento. Agradezco mucho tus generosas palabras.
Saludos y bendiciones!

PLUMA MARFIL
Comentario de Carlos Eduardo LAmas Cardoso el noviembre 22, 2015 a las 5:28pm
Francisco,
Gracias por tu visita y tu bello detalle.
Saludos y bendiciones.

PLUMA MARFIL
Comentario de Carlos Eduardo LAmas Cardoso el noviembre 21, 2015 a las 2:15pm

María de los Ángeles,

Gracias por tu bello detalle .

Saludos y bendiciones.


PLUMA MARFIL
Comentario de Carlos Eduardo LAmas Cardoso el noviembre 20, 2015 a las 2:37pm

Tancredo,

Gracias por tu visita y tu bello detalle.

Saludos y bendiciones.


PLUMA MARFIL
Comentario de Carlos Eduardo LAmas Cardoso el noviembre 20, 2015 a las 12:49pm

Dr. Rafael,

Agradezco su visita y su amable comentario.

Saludos y bendiciones.


PLUMA MARFIL
Comentario de Carlos Eduardo LAmas Cardoso el noviembre 20, 2015 a las 12:48pm

Benjamín ,

Gracias por tu visita.

Saludos y bendiciones.


PLUMA DIAMANTINA
Comentario de Rafael Mérida Cruz-Lascano el noviembre 20, 2015 a las 12:44pm
Felicidades Excelente trabajo


PLUMA MARFIL
Comentario de Carlos Eduardo LAmas Cardoso el noviembre 20, 2015 a las 9:37am

Mab,

Gracias por tu visita y tu bello detalle.

Saludos y bendiciones.


PLUMA MARFIL
Comentario de Carlos Eduardo LAmas Cardoso el noviembre 20, 2015 a las 1:26am
María Beatríz,
Muy amable. Muchas gracias por tus bellas palabras.
Saludos y bendiciones!

Ando revisando  cada texto  para corroborar las evaluaciones y observaciones del jurado, antes de colocar los diplomas.

Gracias por estar aquí compartiendo tu interesante obra.

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