Convertiste cada uno de mis días
en un umbral en mi vida
y las noches las hiciste cenizas
con tu pasión
encendida...
Nunca olvidaré
cuando te agarré por la cintura,
y tu me abrazaste
como el sol abraza la mañana,
nos elevamos al cielo en un instante
entre sonrisas
en nuestra
primera y única cita…
Entregamos lo mejor
de los dos
en nombre del amor
entre
besos y caricias
en aquella alcoba ajena
donde nadamos
como peces en el mar.
Si de mí te alejarás,
en mi interior guardaré,
tus recuerdos.
Refúgiame en este momento
en tu fuego ardiente,
siénteme la ternura de mi alma,
recorre tu mirada apasionada
sobre mi cuerpo
y endúlzame la vida
porque
te necesito…
Apasióname
y hazme cambiar de parecer,
para volver a sentir
la llama del amor
que necesita mi corazón.
Vibrante
fue la pasión
a flor de piel,
susúrrame
palabra sagrada del cielo
para que lleguen
a mi eterna alma,
y
poder amarte de nuevo
por siempre.
Amada mía,
mi entrega fue sincera,
te amé como nunca
había amado a una mujer
y hoy te digo mirándote
con lágrimas en mis ojos:
“Te amo y tengo deseos de amarte,
por siempre”
Evaluna & Santos M González
Derechos reservados de autor
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