Todos la deseaban,
pero nadie,
le había ofrendado un poema,
y en bocas de mil lenguas
volaban las perfidias.
Vivía envuelta en sueños
y por su agraciado cuerpo,
todos la apetecían.
La bella rosa lloraba,
sobre una huella vacía,
expresándole al cielo
que de pena se vestía,
Mientras el vil antojo del hombre,
de cerca la perseguía.
Lanza tus penas al río,
que te llamaré por tu nombre,
te llenaré de rosas,
me despojaré de misterios,
te limpiaré la tristeza,
y te escribiré un poema.
Agregado por Nilo 0 Comentarios 1 Me gusta
Agregado por Nilo 0 Comentarios 1 Me gusta
© 2024 Creada por Aimee Granado Oreña-Creadora. Con tecnología de
Insignias | Informar un problema | Política de privacidad | Términos de servicio
¡Tienes que ser miembro de ORGANIZACION MUNDIAL DE ESCRITORES. OME para agregar comentarios!
Únete a ORGANIZACION MUNDIAL DE ESCRITORES. OME