El silencio era atronador.....sólo se rompía con el pestañear de las estrellas...silencio denso...frío...apabullante.

Allí presente y oscura, la figura se movía pesada...lenta y perfumada.

Nada ni nadie era capaz de discernir donde se escondía el horizonte, al punto tal que la bruma era la dueña del lugar.

Todo podría suceder, era el momento de actuar y la sombra avanzó para cumplir su consigna.

Terrible momento...solo miraba atónita como esa sombra iba tomando forma...

Silueta y fragancia eran conocidas para ella…

Prontamente, a pesar del susto, se levantó de la cama y miró por el ventanal.

Nada había cambiado… silencio apabullante, estrellas se divisaban entre la bruma y un frío tan intenso que hacía tiritar.

Los leños encendidos en el hogar no llegaban a calentar el lugar pero, junto con la luz del velador de mi mesa de noche iluminaban suavemente.

Cerré la cortina del ventanal y cuando me dirigía, nuevamente, a la cama la sombra ya no era sombra… ¡era él!

No podía creer verlo sonriendo, parado frente a mi y diciéndome:

-He esperado este momento en que todo se volviese oscuro, donde ni el horizonte se pudiese ver,  y sí, aquella estrella que titila, es donde vivimos en tranquilidad todos los que hemos partido para siempre.

Sabe que desde allí todos vemos a quienes amamos y no deseamos su sufrimiento… es por ello que tenía que verte, abrazarte, besarte y explicarte el motivo de mi partida a pesar de amarte con locura…y como sé que a ti te sucede igual vine a contártelo y pedirte que no me extrañes, que sueltes mi mano para que yo pueda soltar la tuya sin culpa, yo ya no volveré más, no pertenezco a este mundo…

Ella quería decirle… pero solo atinó a abrazarlo muy fuerte... cuando los rayos del sol la despertaron  y se encontró con lágrimas en sus ojos y abrazando la almohada que él había dejado de usar.

Saltó de la cama y con sus ojos cubiertos de lágrimas corrió hacia el ventanal, abrió la cortina y vio un cielo totalmente despejado... pudo divisar el horizonte, los leños no ardían y el calor invitaba a disfrutar un rato de playa. 

Aunque…algo sucedía debido a que la fragancia persistía, ¿qué es lo que está sucediendo?, se preguntó... y al mirar su mesa de luz encontró el perfume, ese perfume que guardaba solo para abrirlo y sentir su fragancia, caído sobre ella y dejando gotear sobre la alfombra su exquisito y nostálgico contenido.

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Autores

Lilian Beatriz Epstein (Argentina)

Beto Brom (Israel)

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*Imagen de la WEB con texto adherido

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Ando revisando  cada texto  para corroborar las evaluaciones y observaciones del jurado, antes de colocar los diplomas.

Gracias por estar aquí compartiendo tu interesante obra.

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