Una vez más degollando palabras,
mordiéndolas,
haciendo salir su líquido pegajoso
de los significados,
y la savia verdosa de sus metáforas.
Les apunto con un rifle,
y con mi fina puntería les doy en el corazón
las llevo de los cabellos
a mi guarida;
las esclavizo en mi cárcel quimérica.
Ahora son mías,
ahora hablarán con el tono de mi voz,
y sentirán según mi antojo,
ahora estas palabras rebeldes
serán mis ovejas sumisas
yo seré la reina
de su castillo de pupiletras.
Shh... ,silencio,
ahora duermen tranquilas,
luego de nuestra lucha titánica,
luego que me dieron todo
y se quedaron sin su caparazón,
sin su cetro de hierro,
sin voluntad,
porque decidieron aceptarme como reina
en su palacio imperial.
Autora: Edith Elvira Colqui Rojas-Perú ©
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