¡De mí sabrás, vida mía!
Eres la fruta madura,
exquisitez en mi boca
deleite para mi sed…
Caes desde lo alto
con tus ramajes de ensueño,
tomándome entre tus manos
acariciándome toda,
eres sauce que me abriga.
Eres la enorme fortuna
en éste ser mío profano,
la alquimia, la gran tortura,
buenaventura y locura
al saberte tan lejano.
Eres la lluvia cálida
derramando tus silencios
sobre mi desnudo cuerpo,
atesorando tu boca
mi piel es volcánico fuego.
Soy la mies, el pan, el trigo,
alimento de tu espíritu;
soy la barca, el mar, la roca
donde estuvimos unidos;
soy tu sombra en el camino.
Invéntame en tu mirada
quiero ver tu madrugada…
Bellas aguas te circundan,
flores de enero danzan
entre árboles y trinos.
Te regalaré mis ojos.
En ellos va mi mirada
triste a veces, otras
iluminada de sueños…
¡De mí sabrás, vida mía!
Matilde Maisonnave
Comentario
No había visto este poema, de grandiosas imágenes, cayendo desde lo alto como una cascada de ensueño el varón de tus sueños!
Grandiosas letras mi querida Matilde.... mis abrazos
Felicitaciones y mis gracias!
Cástor
¡Muy agradecida por tu paso y hermosa huella en mi sendero de versos!
Un saludo cordial, amigo.
ENCANTADOR POEMA, EXQUISITAS METÁFORAS, PINCELADAS ROMÁNTICAS.
DULCE MELODÍA POÉTICA
SALUDO ILUSTRE AMIGA, MATILDE.
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