DÍA DE LAS MADRES. Parte (I) de (II).

[Càstor A. Olivier O.]

DÍA DE LAS MADRES. Parte (I) de (II).

A: Mi Madre Paula Elvira y a todas las Madres del Mundo.

Día resplandeciente y luminoso, segundo domingo del mes cinco
sol radiante, sobre la tierra estéril, amenazante sobre el follaje verde,
fulminante sobre las flores tiernas.

Vengo a ti, Madre, como un desconocido, como el que pierde su última batalla
como ave que regresa al viejo nido, débil humano de corazón herido
manantial rendido ante la playa.

Habitamos un globo a la deriva, que se traslada a espacios infinitos
la senda que me ha tocado cuesta arriba, millones de diminutas siempreviva
han adornado la orilla del camino.

Flotante urdimbre, llanura florecida, aferrada a la inhóspita planicie
traigo rasguños de espinas sin medida, de ese camino impuesto por la vida
sendero incierto, agreste superficie.

Hoy abrí la terrible jaula de los tiempos (Para venir a verte).
tomé una senda inédita, alcé vuelo, impulsado por la efervescencia del momento
rompí la jaula, la esparcí en el viento y me vine arrastrando por el suelo.

Hoy he vuelto abatido a tu presencia, en mi periplo hay árboles sedientos
restos de mariposas entre la turbulencia, ancianos vagando en la demencia
madres con niños, desnutridos, hambrientos.

Vine a tu encuentro en este hermoso día, de brisa ardiente y rayos lacerantes
las hojas secas quiebran su agonía, hay un silencio que diezma mi energía
tú, me confieres sabiduría radiante.

Mi piel, cuarteada como árido desierto, cual árbol chamuscado por las llamas
pero tengo un corazón entre mi pecho, flotando en las vorágines del tiempo
que te respeta, te quiere, y te ama.

MADRE… Paula Elvira y todas las Madres del Mundo.

© Cástor A. Olivier O.
El hijo del Cisne.
Venezuela.