Cuando vuelvas, cantarán los ruiseñores,
resucitarán las flores en la alborada,
la luna encenderá sus resplandores,
y mi alma ya no estará callada.
El viento traerá tu nombre en su danza,
las hojas bailarán sobre la acera,
y el tiempo, que en tu ausencia no avanza,
correrá como río en primavera.
Cuando vuelvas, el mundo será distinto,
las sombras huirán de mi ventana,
mis versos cobrarán nuevo recinto,
y el dolor se irá con la madrugada.
Te espero en la quietud de cada día,
te busco en cada rostro que aparece,
mi corazón te nombra todavía,
y tu recuerdo nunca desfallece.
Cuando vuelvas, amor, será un milagro,
volverán la fe, la risa, los colores…
y en el centro de mi pecho, como un faro,
cantarán para ti… los ruiseñores.
Comentario
No hay nada más satisfactorio que los regresos ansiados,
¡Hermoso!
Shalom colega de la pluma
Querido Brayner, tu poema tiene el latido de las esperas verdaderas, esas que no hacen ruido, pero lo sostienen todo...Cada imagen que dibujas —los ruiseñores, la luna, el viento— no son adornos: son testigos del amor que aún vive sin presencia...Leerte es como abrir una ventana al alma y dejar que entre la esperanza con su música suave...Gracias por recordarnos que esperar también es amar… aunque duela.
(Escribo Para Que El Silencio No Duela.) Natuka Navarro – Luna Poetiza
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