CUANDO TE QUEDES DORMIDA
Madre querida te amaré
por siempre,
deseo esta noche
que te recuestes en mi pecho,
te siento cansada
y tu caminar se vuelve
muy lento cada día.
Mi alma se impacienta
al sentir el tic- tac
de tu corazón
lento, lento, lento.
Recuéstate en mi pecho,
cierra los ojos,
descansa que en la fresca mañana,
daremos un largo paseo
por el jardín
que tanto te fascina.
Seguiremos caminando,
el infinito será nuestra meta
y después me sentaré
en tu falda
y cuando llegue la puesta del Sol
conversaremos
una vez más…
Recuéstate en mi pecho mamá
para mecerte en hamacas de nubes
y cuando te quedes dormida,
yo seguiré lo que falta
de hacer en tu vida.
Santos M. González
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