Algún día… no existirán los relojes.

Olvidaré tus horarios, de trabajo, de receso,

nada me alterará aunque te vea de lejos.

Al mirarte, no me dañará – negligente, destemplado-

algún oleoso recuerdo.

Tus pasos me serán ajenos.

Cuando detenga los relojes

que marcaron nuestro tiempo,

este dolor menguará, inocente o pendenciero.

¿Dónde descansarán las tesoneras agujas

de una reliquia que ha muerto?

Si no existen los relojes… ¿Quién podrá

vaticinar el lugar dónde te has ido?

¿Qué primaveras muertas

me darán la certeza del olvido?

¿Qué mañana al despertar

ya no serás nada mío?

¿Qué palabras, qué miradas

serán las que ya no me importen?

¿Qué descontento desechará

mis viejas sensaciones?

¿Qué dolor será el último,

qué sobresalto al escuchar tu nombre?

¿Qué poesía…? ¿qué llanto?

¿Qué diluvio… qué tardes tan grises

serán las que detengan los relojes?

                  ( ANTOLOGÌA 2000  Línea Abierta Editores )

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Comentario

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Ando revisando  cada texto  para corroborar las evaluaciones y observaciones del jurado, antes de colocar los diplomas.

Gracias por estar aquí compartiendo tu interesante obra.

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