CORNEJAS

Cornejas

Dos viejas cornejas se sentaron en un cerco.
Dos viejas cornejas se sentaron en un cerco.
Pensando en causa y efecto,
y hierbas y flores,
y leyes naturales.
Una de ellas balbuceó, una de ellas tartamudeó,
una de ellas tartamudeó, una de ellas balbuceó.
Cada una de las dos pensó mucho más de lo que habló.
Una corneja puso a la otra corneja un acertijo.
Una corneja puso a la otra corneja un acertijo:
la corneja que balbuceaba
preguntó a la corneja que tartamudeaba:
“¿Por qué la abeja tiene un dardo en su violín?”
VACHEL LINDSAY, Estados Unidos, 1879-1931,
Como un par de cornejas
nos enfrascamos
en amoríos
durante mucho tiempo,
éramos jóvenes y lo hicimos
con plenitud y fuerza
pero ahora solo nos
queda el Amor,
y a ese lo alimentamos
de múltiples formas.
Las charadas ahora
son nuestro mejor
entretenimiento,
han quedado atrás
los pasionales encuentros.
Pero eso no quita el Amor,
solo lo alimenta
y crece.

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