Acrisolando montes genuinos
como pinceles bien atinados,
hacen su magia los diamantinos.
Buscan tesoros tan bien guardados
entre añoranzas correspondidas
los acertijos de enamorados.
Y rebosantes van atrevidas
las pinceladas entre rubores
de inquietas dalias embellecidas.
Silvestre el manto de los colores,
rosácea alfombra que se revela
con sus silvestres multicolores.
Esplende el áster cual acuarela,
luce el donaire de sus espigas
con el deleite que se desvela.
Díscolo ocaso, tú no mendigas
en los senderos alabastrinos
del sortilegio que nos prodigas.
Acrisolando montes genuinos
como pinceles bien atinados,
hacen su magia los diamantinos
tejiendo alfombras por todos lados.
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