COMENZÓ LA GRAN TRIBULACIÓN

[José García Álvarez]

COMENZÓ LA GRAN TRIBULACIÓN

El hombre de esta Generación necesita mucha repetición y, ni aún así se convence. Desde hace 45 años vengo prediciendo a la Humanidad de los hechos que iban a ocurrir, pero la gran mayoría, en su obcecación por la seguridad material, no han hecho el menor caso, y ahora vienen los llantos y el crujir de dientes. Estamos en el último tramo del final de los tiempos y, por el miedo, la gente se acuerda de un Dios al que tenían olvidado. A muchos les han entrado las prisas por buscar a Cristo, cuando antes nunca han escuchado sus enseñanzas y no las han llevado a la práctica. Los hipócritas creen que Él va a venir a sacarles del hoyo en el que han caído y no será así. Él no los conocerá y les dirá: "Alejaos de mí, malditos de mi Padre".

La pandemia de coronavirus es el principio de lo que vendrá después, ese tiempo en que se cumplirá lo dicho por Jesús y que está escrito: "Los vivos tendrán envidia de los muertos por los hechos que tendrán que contemplar". Eventos horrorosos que pondrán a prueba, de forma especial, a los soberbios, los egoístas, los engreídos, los presuntuosos, los mezquinos y toda esa ralea de inicuos que han llevado al mundo a la agonía. Ángela Merkel dice bien cuando afirma que todo acaba de empezar y su Alemania tendrá que responder de los crímenes horrorosos cometidos por los nazis. En los días venideros todos los habitantes de la Tierra perecerán y sólo los Justos serán salvos.

José García Álvarez

Roquetas de Mar - España

[José García Álvarez]

Estimada Teodora:

El ser humano, en su mayoría, tiene un nivel de conciencia muy bajo. Si no escarmienta, no despierta. El virus extendido en el mundo por mentes retorcidas con afanes criminales, está efectuando en la masa terrestre un comienzo de purificación, que se irá extendiendo en los días venideros. Se está viviendo de una forma obligada por las circunstancias, pero cuando se supere esta crisis hombres y mujeres volverán a hacer las mismas cosas de antes. Volverán a sus pecados y se olvidarán de Dios, al que ahora asustados claman. Son ya muchos los que exigen con urgencia la vuelta del fútbol y otras estupideces. Y si los ves, fuera del confinamiento, percibirás su falta de espíritu cívico: no se atienen a las normas establecidas. En fin, que no tienen arreglo y terminarán en un final traumático. Los Justos se purificarán y los Malos se perderán. No conviene echar en saco roto esta advertencia.

Ten siempre fe, que será la coraza que te protegerá de las asechanzas del Mal. Sé que, como trabajadora en la Viña del Señor, tienes el Alma blanca.

Un fuerte abrazo.

[Teodora E. Leon Salmon]

Letras de actualidad, poeta..
Es cierto que muchas veces se le da prioridad a otras cosas si tener en cuenta lo que es mas importante, y despues vienen los lamentos. Este virus
a pesar de ser mortal, nos está enseñado a vivir de otra manera, y nada será como en antes.
Gusto de leerlo, poeta.
Saludos cordiales
Teodora

[José García Álvarez]

Buenos días, Lucía:

Como os adoro por ser hermanos en el Espíritu, siempre intento alertaros, para que los eventos futuros, de gran incidencia, no os cojan de sorpresa. Lo que está sucediendo y va a suceder en los días venideros, no es un castigo de Dios. Existe la Ley de Causa y Efecto, y estas calamidades las ha propiciado el hombre con su conducta negativa. Dios es Amor, sí, pero también es Justicia. Los Seres humanos van a cosechar lo que durante tanto tiempo han sembrado. Los Justos son los Elegidos citados en el Apocalipsis: 144.000. Que serán salvos, lo mismo que todos aquellos que hayan escuchado y seguido sus enseñanzas. Son personas que viven en este mundo, pero no pertenecen a él, y durante su existencia han dedicado todos sus esfuerzos a amar a Dios y al prójimo, siendo capaces de rechazar las asechanzas del Mal y los ataques de los inicuos. Su vida ha sido un espejo reflectante de la Verdad Divina y su labor crística merecerá el premio de ser evacuados de la Tierra y no sufrir las consecuencias finales de lo que será un infierno. Que la Paz esté contigo.

[José García Álvarez]

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