Sentada en el hilo de mis pensamientos
veo las tristes miradas
Niños nacidos del infortunio,
no pidieron ser habitantes
de la desidia, del terror
del hambre y de la nada
Se desmoronaron sus almas
¡No sé si valgan, para algo mis palabras!
Sus cuerpecitos: alfileres que
ya no tienen voces, son halos, fulgores
de un destino irónico, petulante
No hay quien mitigue el dolor
que bestialmente es el sello de sus fantasmas
¡Qué mentiras! nos hablan de paz.
cada vez vemos nuevas y sofisticadas armas .
El Dios llamado hombre, no sabe sino buscar
su cálida morada, su prestigio: escalar peldaños
regocijarse en hirsutas sofisterías
¡Qué engaños! Cómo lloran los niños,
sin que escuchemos sus lágrimas
Seguimos caminando
Sin importarnos
Sin importarnos nada,
Somos herederos del colofón
de un controversial universo
llenos de falacias , de efímeros sueños
negados a estos niños que viven en desgracias
Los llantos de estas almas se escuchan
en los milenarios tiempos
y sólo el mortal busca tener nuevas armas
nuevos poderíos, son nefastas sus palabras
¡Qué tristezas! Hasta cuando ! Ya no aguanto!
Se quebraron mis pensamientos.
No quiero que mueran más niños
que ya no mueran …
¡Ahora le toca morir a las armas!
FLORECER
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