Ciega partió la tarde

 

Ciega partió la tarde hasta la última frontera, atascados quedaron mis ojos entre su rojiza cabellera y de aquel amor entregado, que se entretejía entre mis venas, hoy solo palpitan ausencias, mis tristes letras.

Un torbellino de recuerdos pasa rasante incendiando mis quimeras, mientras mis ojos mustios buscan entre mares y piedras, el sonido de su voz, el candor de sus palmeras.

Un clamor cortante emerge de mis afligidas venas, mientras miro la soledad, que hoy es la reina y rectora de mis penas.

Hoy retumban dentro mis decaídas pupilas, su última mirada, aquella ojeada tibia, que estremeció mis aguas y colmó mis mares de cardúmenes de condenas.

Hacia donde partió el bello paisaje de su cuerpo de sirena, donde florecer aún quisiera, porque se la llevó el tiempo, que no tiene nombre, ni procedencia, pero dejó seco de amor a este corazón que de tanto sollozar se le secaron los veneros.

Cuánto tiempo más durará su luz brillando entre mis sombras y cuanto más durará este amor, que de tanta querencia se quedó dormido el mismo día en que partió su luz hacia imaginados cielos.

 

Vistas: 71

Comentario

¡Tienes que ser miembro de ORGANIZACION MUNDIAL DE ESCRITORES. OME para agregar comentarios!

Únete a ORGANIZACION MUNDIAL DE ESCRITORES. OME

Ando revisando  cada texto  para corroborar las evaluaciones y observaciones del jurado, antes de colocar los diplomas.

Gracias por estar aquí compartiendo tu interesante obra.

Your image is loading...

Insignia

Cargando…