Carpe Diem.
Ven, toma mi mano acércate y abrázame, que trémula estoy,
siente y escucha, los latidos de mi corazón,
son tan intensos, como intenso es mi amor por ti.
Sé que es difícil para ti, pues cuando no hay amor, no existe nada,
pero intenta por lo menos, vivamos una utopía vida mía,
y te prometo, que será un carpe diem.
Solo espero que algún día, la lluvia apague el fuego que me consume,
por este amor que llevo dentro, y si piensas regresar,
no encontraras ni cenizas, pues las borrará, el céfiro frio que dejaste en mi alma.
Mónica Lourdes Avilés Sánchez.
Derechos Reservados,
año 1995
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