Contemplar el firmamento
es mi anhelo,
aunque está muy lejos
mi hermosa luna,
dicen que los astronautas
fueron de paseo
en un cohete.
Esta noche,
luce tan esplendida
tan brillante que nunca,
preciosa
que iluminas
el latir de mi corazón.
Las gotas de Lluvia
comienzan a caer,
el aguacero se intensifica
y la musa llega impecable
con su vestido rojo.
Ella me mira a los ojos,
me pide hacer algo diferente
esta noche,
y le respondo con mucha dulzura:
“Quieres bailar un tango
muy sensualmente
bajo la lluvia.
Enciendo la música de mi auto
y los dos enchumbados
de pie a cabeza,
comenzamos con la función
me acaricias mi cabello,
el ritmo de nuestros
cuerpos acaramelados,
tan ardiente,
que el fuego
quema tus caderas,
mientras danzamos,
en la calle
del amor eterno...
Siento una gran electricidad
que te hará estremecer,
tu cuerpo...
te sostendré nuevamente
por la cintura,
y te voy a mirar fijamente
a los ojos,
rozaré los labios
cuando te lleve
una bella rosa a tu boca,
para que disfrutes
este hermoso tango,
tan sensual
bajo la lluvia ...
Autor: Santos M. González
Derechos reservado de autor
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