AZUL (POEMA EN PROSA)

[Alejo Urdaneta Fuenmayor]

AZUL

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Esta gota, pequeña gota azul que trastorna el universo, que va por canelones de lluvia azul derretida en el fuego de cualquier amanecer. Esta gota sonríe y hace llorar a las piedras y despierta melodías desconocidas. Salta en cascada y se diluye hasta quedar informe, mezcla de sentimientos y colores confundidos en una sola argamasa.
 Esta inmensa gota azul repetida en el océano del insomnio se cuela como un pensamiento en la bruma, y tengo fijeza de náufrago (¡tanta gavia sin tarea, tanta gaviota sin eco!) en la noche de fantasmas.

El bajel suelta aparejos y pareces descender desde una alta ola, y pisas cada peldaño de sal como un triunfo; desciendes hasta el pie alfombrado de espuma y te haces palabra cuando estás frente a mí.

Eres un poema no dicho, quebrado en la voz y repetido en el aliento de este otoño indetenible. La leve euforia de Rubén Darío, la flor de Novalis. Eres gota azul en un mar gris de tormentas, bajel de primavera en grutas marinas sonoras de presagios oscuros; y entonces levantas las velas de la alegría que para mí parecen de bronce porque no las puedo ondear, y ríen de mi fracaso ante el seco viento, coaguladas como una piedra, porque no puedo flamearlas por su peso de inmensa juventud.

Y así te escribo la última escena del drama: desfilas ante las olas y el proscenio de tu aurora es lluvia y susurro y luz de faroles aneblados. Mientras esto desempeña su gestual, las butacas del agua marina son de moho y se espesan para enredarme en lo inmóvil; pero tú llenas un espacio ligero, de mañanas interminables, y las velas ondean y son gaviotas ante el azul intenso de tus ojos sonrisa.

Después tengo fijeza de náufrago, fijos los ojos en otros azules para hacer más naufragios, mano extendida hacia la aurora, cerrada en adiós. El viento plomizo no quiere herir el azul: que levante vuelo en las hojas del extinguido verano.
Me alejo como un nombre que pronuncia el insomnio ante tu piel oceánica, en el otoño del agua envidiosa del azul.

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ALEJO URDANETA

[Beto Brom]

¡¡¡DESTACADO!!!

Un gustazo leerte, amigazo

Shalom

[Benjamín Adolfo Araujo Mondragón]

¡Maravilloso poema, Alejo!

[Hugo Mario Bertoldi Illesca]

Ofrezco mis disculpas por el atrevimiento, querido Amigo, este de compartir un video de música "on line", mismo que juzgué adecuado para oír mientras se da lectura a tu poema. Yo mismo lo he descubierto ayer y lo estoy oyendo en el momento en que tecleo este comentario. Es audio de duración ilimitada y resulta útil para relajar mente y músculo. 

[Hugo Mario Bertoldi Illesca]

[Hugo Mario Bertoldi Illesca]

El insomnio: ¡qué asunto tan común y delicado! Creo no padecerlo en su sentido estricto, Amigo mío, aunque, más creo aún que todo ser humano lo vive de manera esporádica, cuanto menos, porque, ¿quién no tendría motivos que inquietasen su psique como para estar exento de tal anomalía?. 

Yendo al poema, magnífico, por cierto, querido Alejo, confieso haber leído y declamado con verdadero placer, el que siento cada vez que mis labios disponen de material tan rico y bien orlado con esa variedad de recursos que dispone un autor de tu talla y talento. Agradezco compartir. ABRAZO GAUCHO Y MIS FELICITACIONES POR ESTA CREACIÓN LITERARIA QUE BRILLA EN ESPLENDOR Y ENRIQUECE A LA OME. 

[Aimee Granado]

¡Que esta Gota de Rocío Azul llegue a tu alma!

Sublime amanecer, ese encuentro paradisiaco  entre la niebla intangible  de mis sombras disipadas con un bostezo y el acostumbrado estiramiento de todo el cuerpo, que se debate entre el querer continuar un necesario descanso y la intranquilidad de mi naturaleza. Místico despertar de mi aurora en el encuentro con el mundo subjetivo de mis emociones y ese instante reservado de meditación e iluminación personal que alimenta mi alma. Eventos importantes desfilan ante mis ojos, enigmas de todos los días que quedan sin respuestas, lamentos, dudas y esa eterna preocupación de lo que nos espera del otro lado de la puerta, cuando enfrentemos el mundo que lucha y se revuelca en el lodo de las inconsistencias, deslealtades y miserias humanas. Pero siempre aparece el puente que une mi alma  con la voluntad de encontrar la luz que se esconde incorpórea, en la calígine del crepúsculo y que lo envuelve todo con la densidad de la melancolía.  Ese puente que necesita la vitalidad del Sol, su divinidad, para realizar un  exorcismo que expulse  toda negatividad de mis emociones. Entonces,  hacemos el conjuro espiritual, excelso, definitivamente divino que protagonizará  el instante cándido y angelical  en que la contemplación busque un espacio entre mis versos y ascética - virtuosa, tome de su mano la  languidez de la añoranza, la vista de recuerdos y la adorne con la esperanza de mis sueños de hoy.  

¡Místico despertar de la alborada,  fraguaste un sortilegio de luces en mi alma!

Gota de Rocío Azul.

[Delia Pilar]

Maravilloso texto; imágenes y metáforas que resplandecen, una mejor que otra. 

Me fascinó tu obra, Alejo. Un poema en prosa que asombra. 

Felicitaciones y gracias por tu aporte.