Anecdotario.

Lucha Villa.

 Finalmente había llegado el viernes. La semana, como siempre, había sido de mucho trabajo en aquella oficina de la multinacional donde trabajaba. Pero el viernes significaba salida a cualquier lugar con los amigos y un fin de semana en la casa de Cuernavaca.

Así que con mucho ánimo me metí bajo la regadera para darme un refrescante baño.

Una vez seco y perfumado, elegí un traje con sus respectivos anexos (corbata, pañuelo y calcetines) para ir perfectamente combinado a trabajar (he de admitir, que en aquel entonces vestía yo como cualquiera de los altos ejecutivos de la compañía… la buena ropa era mi vicio).

A eso de medio día, platicando con mi compañero Guillermo Luna, me comentaba que su amor platónico era Yolanda Montes “Tongolele”. Que algo tenía esa mujer que lo cautivaba y que le gustaba mucho. Después pregunto:  -y tú, ¿tienes un amor platónico?

En realidad creo que nunca había pensado en quién podría ser mi amor platónico, y creo que incluso hasta ese momento nunca había escuchado el término. Sin embargo, no tuve que pensarlo mucho y respondí – Lucha Villa.

Para serles franco, mi  admiración por esa mujer no era algo sacado de la manga. Mis padres me han contado que cuando pequeño, cantaba sus canciones y de hecho, hasta la imitaba (así que supongo que por delante tenía una carrera como travestí que en algún momento abandoné).

Además, era una mujer muy guapa, siempre tuve en mi mente la imagen de ella con su sombrero norteño en la portada del único disco de ella que había en casa y del cual yo era su oyente exclusivo.

Así que ampliando un poco mi respuesta a Guillermo, dije –el día que la vea, la abrazo, la beso, y no la dejo ir en tres días…-

Llegaron  las seis de la tarde y con ello el fin de la semana laboral. A descansar.

El lunes nuevamente la rutina del baño, perfumarse (recuerdo que en aquél entonces había salido una nueva loción llamada Drakkar, deliciosa… la usaba y la sigo usando como una de mis favoritas) y tomar un traje y sus anexos para irme a la oficina.

Ese día elegí un traje Comont (exclusivo de Liverpool) en color negro con unas tenues franjas en color azul y otras en lila. Una camisa de este mismo tono y una corbata Scapinno de seda bordada (Caray, de verdad que era un “Dandy”).

Bueno, la mañana laboral fue muy movida. Atender algunos clientes y sobre todo analizar casos de fraude, que era en lo que me desempeñaba en aquél tiempo.

Ya como a las 16 horas. De pronto sentí mucho alboroto de los compañeros… a pesar de que mi espacio de trabajo era pequeño, era abierto, y se escuchaba a veces lo que en otros departamentos se gritaba, o se reía, etc.

Bueno, pues yo sentí que algo estaría pasando, pero no noté nada de nada. Mi amigo y compañero Guillermo había salido y lo miré llegar como si nada y sentarse en su lugar, que era frente a mi escritorio…

Como no queriendo la cosa, preguntó: -entonces, ¿quién dices que era tu amor platónico?

Y me solté nuevamente diciendo: -Lucha Villa-

ya con un poco de picardía, voltea y me dice: -¿Y si la vieras?

Le respondo nuevamente –la abrazo, la beso, y no la dejo ir en tres días-

En eso escuche una voz ronquita y sumamente sensual diciendo: -buenas tardes joven…

Ante mi sorpresa, al voltear me encontré con ella, con la mismísima Lucha Villa en persona. Con una enorme sonrisa me invito a levantarme para saludarla… pero yo estaba sin palabras. Por lo que quién beso y abrazo, fue ella, yo solo me dejé llevar…

En verdad, que guapura de mujer, muy hermosa, y les puedo decir que incluso más hermosa en persona que por la TV.

-Así que no me dejarás ir en tres días- me pregunto con una sonrisa en su rostro que solo la hacía verse más bella y ante lo cual enrojecí como nunca. Ante mi sonrisa nerviosa ella comenzó a cantar un trocito de “Amanecí otra vez entre tus brazos”…. Ufff, que momento tan intenso.

Después de eso, no perdí la oportunidad de pedirle un autógrafo antes de despedirse.

Guillermo, muy atento y caballeroso, la acompaño al elevador para despedirla (yo seguía en Shock).

Ese día lunes, Lucha Villa se presento a renegociar en la compañía la cuenta de su Gold Card.

Guillermo al enterarse, de inmediato fue y la espero hasta que pudo hablar con ella y contarle que su loco compañero era su gran admirador y ella acepto gustosa darme la sorpresa, acompañándola por el pasillo de atrás y regresando por el frente como si nada.

Aun tengo su bello rostro y su voz en mi recuerdo, así como su autógrafo en el dorso de una fotografía de mi hijo.

Carlos Eduardo Lamas Cardoso.

Derechos reservados.

 

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Comentario

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PLUMA VITAL - V.I.P.
Comentario de MÓNICA LOURDES AVILES SÁNCHEZ el septiembre 24, 2013 a las 7:50pm

Caray poeta, que bonita historia, sabes yo también era fan de Lucha Villa, en casa teníamos casi tosa la colección de acetatos,  también me gustaban sus canciones, pues que suertudo amigo, felicidades.TAN LINDA HISTORIA.

Ando revisando  cada texto  para corroborar las evaluaciones y observaciones del jurado, antes de colocar los diplomas.

Gracias por estar aquí compartiendo tu interesante obra.

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