✿⊱╮♥♥ ALLI ESTABA ÈL ♥♥ ✿⊱╮

 

 

 

Cristina vivia contando continuamente sus amores con Roberto, ella era casada pero tenia un amor secreto, le veia cada tarde un ratito, compartìa un ratito de charla con èl, jamàs hablaron de amor, pero ella lo amaba, le gustaba su forma de ser.
Ella creia que èl tambien estaba enamorado de ella, èl era viudo y le contaba lo que hacia de comer, o le preguntaba a ella que podrìa hacerle a los hijos, ya eran mayores pero los tenia en casa.
Ella salìa sola su esposo estaba enfermo, y por las tardes despuès de recoger la cocina, salia a dar su paseo, unas veces esperaba ella, otras èl, nunca le dijo nada pero cuando el no se daba cuenta lo pillaba mirandola fijamente, asi mucho tiempo, ya formaba parte de su vida, sin ser màs que amigos
tomaban un cafè y hasta otra tarde.
Ella tenia que irse pronto, su esposo la necesitaba, ademàs era exigente no queria estar solo, èl muchas labores de casa no tenia ayuda, era prejubilado antes de tiempo saliò esa opciòm y se fuè para atender la esposa enferma, ya despues atender su hijos al quedar viudo.
Se despidieron como de costumbre pero pero al despedirse sin querer se rozaron los labios.
Cristina sintiò un torrente de sensaciones y se puso como las amapolas, eran amigos no procedìa el hecho de ese roce tal sensaciòn, se marcharon cada uno para su casa, nò podia pensar en otra cosa, estaba fuera de alli, estaba en esa calle con ese beso, o casi beso.
A otro dia quedaron como siempre, ella evitaba mirarle de frente, el lo mismo, vieron que tendrìan que decirse adiòs era evidente lo que pasaba, se cogieron las manos, y el en un arrebato la abrazò hasta crujir los huesos, y le diò un beso de amor que durò minutos , allì quedò ese beso en aquel banco del parque.
Transcurriò la vida de Cristina sin el amor de Roberto, ella contaba su historia de amor, ella le llamaba su historia, quedò viuda, tan solo tenia una hija pero estaba lejos, y no quiso irse de su ciudad, estaba bien de salud pero muy sola, un dia le llegò una revista de publicidad de una residencia, se veia con buen aspecto, se dijo y si me marcho alli a pasar lo que me quede de vida en compañìa?
Cristina fuè le gustò viò que con su paguita y la de su esposo podria pagarla, era bastante cara, y se trasladò para vivir alli.
De momento hizo amigas y amigos, alli es donde ella contaba sus amores, asi pasò varios años, gracias a dios su salud era muy buena y estaba todavia bella, habia quedado con amigas para salir un ratito a dar un paseo antes de comer
ellas las màs jovenes salian solas, las mayores y màs enfermas venian enfermeras o familias pasa sacarlas de paseo, dieron su paseo y al regresar
recepciòn habia gente entrando, era como un hetelito, habia un señor de espaldas y se dijo para ella, otro nuevo, al pasar por su lado, la olor le despertò el corazòn, se dijo no puede ser, ella ya no tenia aquella verguenza de màs joven y le puso las manos en los hombros en la espalda y le dijo por favor miremè, cuando Roberto se diò la vuelta
¡Dios mio Cristina!
Ella le dijo, amor mio, es nuestra segunda oportunidad, tu beso y tu olor lo llevè toda la vida conmigo, y ya nò te dejarè marchar jamàs

Mari Orquidea Blanca

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