En algún lugar donde no existan días, lloverán palpitares de estrellas y sonará una trompeta de alegría, sobre mi vida adormecida. Un dulce ángel tocará a mi puerta y se iluminará mi alma de contentos. Sé, qué algún día, volveré a ver la luz del día, entonces mi corazón herido dejará la cárcel de tus besos y se sanaran mis heridas, en algún lugar, algún día.
AUTOR Marco González Safe Creative Fecha 3 de septiembre del 2001
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