A mí amado y nunca olvidado padre
Sentí su mano buena.
Me amó con su mirada serena.
Me guío con sus buenas acciones
y me dijo que me amaba sin palabras
cundo comía juntó a él en una buena mesa.
Hoy voy por el mundo que mi padre me dejó,
con las que guío mi camino,
en la mejor de las escuelas.
Sigo su profunda huella por caminos¸ mares¸ cielos
y calles desiertas
y aunque llueva o anochezca,
mi rumbo nadie altera porque vengo de buen árbol
y soy el fruto de sangre buena.
Me enseñó a beber del buen vino de la decencia,
y aunque ya haya partido con su mirada buena
sé que todavía me cuide desde los jardines del cielo.
Aún siento su mano buena sobre mi espalda vieja
y lo escucho en cada acto de la vida,
ya sea con mis hijos, amigos, negocios, política o poetas,
porque me enseñó que hay que andar por la vida,
con la mirada sencilla, limpia y serena.
Agregado por Nilo 0 Comentarios 1 Me gusta
Agregado por Nilo 0 Comentarios 1 Me gusta
© 2025 Creada por Aimee Granado Oreña-Creadora.
Con tecnología de
Insignias | Informar un problema | Política de privacidad | Términos de servicio
¡Tienes que ser miembro de ORGANIZACION MUNDIAL DE ESCRITORES. OME para agregar comentarios!
Únete a ORGANIZACION MUNDIAL DE ESCRITORES. OME