A mí amado hijo

 

Alabado seas luz de mis días,

bendita sea la dulzura de tus nuevos años,

porque ese día floreció en mi jardín

un nuevo albor

 para dale luz a mis ocasos

y de nuevas fuerzas

a este poeta añejo.

 

Estas en mí como la arena al río,

como el tañer a las campanas,

porque eres sangre de mi sangre

y en ti veo el reflejo

las estelas de los mares transitados.

 

Bendita seas

 dichosa luz de mi universo,

que con orgullo conquistado

 llevas las alas

 de piloto de aviación comercial

 colgando de tu joven pecho

y que pronto alzará vuelo

por el azul del cielo patrio,

llenando de orgullo descendiente

 a este padre por ti se siente

orgullosamente galardonado.

 

Gracias a la vida,

por este inmerecido gozo,

porque ella

 me dio el privilegio de ser tu padre,

y como dadiva exclusiva,

me agasajó también,

con amigo, un confidente

y un hijo impresionante humano,

el llena mis venas de sangre nueva

y de un manantial de cristalinas aguas,

para orgulloso en ellas relajarme.

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Comentario

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PLUMA MARFIL
Comentario de Carlos Eduardo LAmas Cardoso el octubre 10, 2013 a las 12:07am

Marco,

Felicidades por tan bello poema. Pero mayormente por tu hijo y ese gran amor que le profesas.

Saludos y bendiciones a ambos!

Ando revisando  cada texto  para corroborar las evaluaciones y observaciones del jurado, antes de colocar los diplomas.

Gracias por estar aquí compartiendo tu interesante obra.

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