No nacemos en entera desnudez
ni total olvido sino arrastrando
velos de gloria
pues de Dios venimos,
nuestro hogar.
El Ser que emerge en esta vida
en otro lugar experiencias tuvo
y ahora en nuevo sueño
nos sumergimos,
diferente al que ya vivimos.
Celestes resplandores
iluminan nuestra infancia.
Mientras crece el niño
ve la luz y su fuente
y júbilo rebosa,
pero, raudamente,
limitaciones van apareciendo,
cual barrotes carcelarios
y la alegría va menguando…
Comunión con la naturaleza
aún se observa en el joven que,
llegado a la adultez,
con el cotidiano devenir,
percibe que se esfuma la luz
y, finalmente, se desvanece...
A lo largo de su vida,
irá arrastrando máscaras,
en caravana de imitación infinita.
¡Ojalá, en un momento
de conciencia plena,
pueda, como acto heroico,
sacudírselas y disfrutar
la vida esplendorosa!
Delia Checa
De mi libro Poesía
Argentina (Mza) - 2014
Comentario
El ciclo de la vida, sus causas y azares, el devenir inexorable que nos conduce por varias etapas de las cuales nos nutrimos y tomamos experiencias para seguir el curso, en medio de avatares y disyuntivas, haciendo eco de nuestras esperanzas, asumiendo anhelos, solazando espacios , viviendo nostalgias y despedidas, desvelos e incertidumbres, todo ello acompañando derroteros diferentes.
Muchas veces disfrazando las emociones tras caretas para ocultar las verdaderas intenciones y otras tantas desnudando el alma frente a desafíos y adversidades.
Se torna tan compleja la vida en la medida que la vamos complicando con nuestras actitudes, sin detenernos en los detalles sencillos que permitan sacudir las apariencias para disfrutar a plenitud el esplendor de la existencia. Ojalá como bien dices: ¡Tomemos conciencia!
Gracias amiga por este compartir reflexivo y profundo.
Son cuestiones que siempre nos llenan de interrogantes.
Un abrazo cordial deseándote una feliz semana.
Nacemos en entera desnudez, pero nuestro hogar nos viste con sus velos de amor y alegria para emerger con esplendor a la vida y resplandecemos como la luz del cielo con su astro rey y desde alli alumbramos nuestro hogar; sin embargo, a medida de crecemos nos cubrimos la careta y desnudamos nuestro rostro ante la alegria o la tristeza, ante la adversidad y la felicidad, ante el amor o el odio y seguimos en el tren de la vida y subimos y bajamos estaciones unas rodeadas de obtener nuestros suenios y objetivos, otras, cabizbajos ante una derrota. Pero desde principio a fin ... reseniamos nuestra vida.
Gracias por compartir y buenas noches.
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