En cinco minutos,

el sol ocultó sus hojas amarillas en mi desván.

En cinco minutos

el infierno quemaba

las plantas de mis pies.



Ya era una…

Todos tenemos secretos  guardados

en un rincón profundo de nuestra alma,

los que a veces molestan nuestra calma;

ocultos ellos van agazapados.

Los tenemos fijados en candados,

no queremos se noten como palma,

pues verlos descubiertos nos…

Me he construido una casa de sueños.

Allí puedo tocar el cielo.

Tiene aguas tranquilas

y sol radiante;

sus verdes pastos de esperanza la circundan.

Mi casa se resiste a enraizarse en la tierra.

La tierra tiene una visión muy chata, diminuta, de felicidad,

¡Yo aspiro a algo…

LA CASA ROJA 

No tenían escrúpulos, vivían solo para hacer dinero, y caro estaban pagando no haber educado a sus hijos en los valores, pues uno resultó delincuente y la otra esclava del negocio de licorería de la propia madre, embarazándose continuamente de diversos…

La mañana empieza a clarear, la abuela se levanta de prisa, echa la leña al fogón, prepara su sopa y da de comer al gato.

Coge una escoba hecha de ramas de campo y limpia su casa rústica.



Esa casa hecha toda de libros grandes y pequeños. Un libro muy grande hace de caída para su…

En la silla del dolor

se ha sentado doña nostalgia;

y confundida y silenciosa

se mece parsimoniosamente

en el vaivén de sus penas.…

Si me das un beso en la frente,

siento ternura de mariposas posándose en mi alma,

si acaricias mis cabellos,

mi corazón se eleva a los altos cielos y explota en purpurina de amor perfecto.…

Los levantó de pronto, un ruido seco estrepitoso. Las puertas cayeron destrozadas. Entraron y los sacaron a la fuerza y los hicieron subir a prisa a sus carros.- ¡Son los Sinchis!, ¡los Sinchis!, gritaba Eusebia.