Subyuga la lira el reloj de la noche.
El sueño me convoca.
Y siento de repente sus manos
en mis manos
trémulas palomas
que asidas al ensueño
postergan el instante sublime.
Son los dos en una mano.
Están aquí y me anuncian
noticias inevitables.
Hemos molido juntos
el polvo del amor
y este grito que no puede apagarse
deviene en sentires de luz
y… Continuar