ALMA EN TUS LABIOS

El mundo de la realidad tiene sus límites, el mundo de la imaginación es infinito. "Jean-Jacques Rousseau".

ALMA EN TUS LABIOS

Alma en tus labios, dulce fragancia acunada en su espuma,
fuego en tus muslos y su lago de imponentes cataratas,
en el fondo de tu vientre nacen estrellas de oro ardiente,
peces de plata y ángeles azules en un oleaje de brisa y luna,
alma en tus labios, insondables confines de flores silvestres,
una flauta que reluce en los mares que habitan las gaviotas,
tu sangre droga y despierta el divertido aliento del cerezo,
una fuerza expansiva con sabores de belleza y rosales,
un espíritu cristalino en su temporada de sueño luminoso,
marea perfumada que se teje con el silencio gratuito de los cielos.

Alma en tus labios, armonía redonda que reside en su cuna roja,
un floral de gloria viviente y húmedas corolas de gracia divina,
el gemido del fuego desollando sus llamas contra el silencio de tu beso,
el destino del deseo incontenible y su llanto ardiente y vertiginoso.
Ya llega la inocencia en su manta de delicia y su quimera majestuosa,
algo que aguarda y atraviesa las profundas raíces de los corales,
algo que alza sus anclas para romper el suave velo del encanto,
un mar que se enciende a la deriva y entibia las entrañas de su esencia,
un mar de esperanza unido a un firmamento de brisa y almíbar,
bordes de cristales imantados librando batallas de alba y brisa.

Alma en tus labios, el sentido eterno en las huellas del ensueño,
un incidente de luz y milagro que humedece el pozo salobre de tu esencia,
una gracia que nace forjando la noche como si fuese de plata fina,
alma en tus labios, muslos de oro ardiente girando en el divino,
fragua de cera blanca esculpida en el espacio de su corriente,
algo que sostiene la nada en su recinto entre la vida y la muerte,
el borde espléndido del recuerdo y la nostalgia de su pasado lluvioso,
una estrella vespertina que viola el rayo de la luna en vías frugales,
algo que se alza sobre el mar bondadoso y el tejido de sus altas olas,
un mar que cambia su ritmo, ondulado con la fiebre azulada de tus labios.

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