Son tantas las cosas, que hoy quiero decirte;
romper el silencio, que amarga mi pecho;
gritar cuanto te amo, no es justo y derecho;
llevarte hasta mi lecho, es mucho pedirte.
Estoy muy cansado, de tanto escribirte;
no tengo respuestas, al llanto y reclamo;
tu padre fue testigo, al darme la mano;
solo a Dios le pido, ya no debes irte.
Regresa a mi alcoba, te estoy esperando;
saciar estas ganas, que llevo muy dentro;
mi cuerpo reclama, quizás exclamando.
Me siento contento, por ser ese centro;
que le quiere, llama, la espera cantando;
con el corazón, sin corona ni cetro.
Manuel Ibarra
Caracas/Venezuela
18-01-2021
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