LA LUZ DE LA VIDA

María había escuchado que algunos decían que nunca se sale de la espantosa pobreza, y que no hay que levantar la nariz hacia el cielo, porque el cielo es sordo. Recordaba aquellas voces que afirmaban: espera, siempre espera, la esperanza tiene los pasos largos y un día como una gota de lluvia te toca y te hace llorar de felicidad.
Entre libros prestados, y a veces copiados a mano para aprender a leer soñaba el futuro, para poder escapar, algún día, de su prisión llena de carencias.
La tristeza tan imprudente la miraba por dentro para sentirla despierta y los nervios
le abrian la garganta para que llorara o gritara que no quería irse de su amado pueblo.
A la mañana siguiente partía con su valija, solo llevaba una borrachera de ideas en ese cuerpo fragil que se perdía como un grano de arroz entre tanta gente que esperaba el tren.
Pasaron los años, y daba gracias a la vida, sin rencor no se preguntaba como en aquel amargo tiempo. ¿Quién reza por mi esta noche en este mundo que no conozco? con alegría conocia su mundo sin miedo, y su vida tenía lo soñado la casa, los hijos y los nietos.
El corazón abrigado de amor, la fe intacta y las manos queriendo vivir y tocar otra vez el ala de la esperanza.
Hoy, María camina por el parque y una voz le dice: No llores porque algo termina, sonríe porque ha sucedido, y la luz de la vida le deja caer, una gota de lluvia sobre su frente.

GRACIELA OVEJERO-ARGENTINA

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Respuestas a esta discusión

Buen día.

Hermoso relato lamento haya llegado fuera de termino. Ya se está maquetando el libro.

Saludos

Felicitaciones por su relato, Graciela. Muy interesante.

Un bello relato, poeta.
Saludos cordiales
Teodora.

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Ando revisando  cada texto  para corroborar las evaluaciones y observaciones del jurado, antes de colocar los diplomas.

Gracias por estar aquí compartiendo tu interesante obra.

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