Los indígenas le dieron a beber un tazón de oro fundido; el conquistador sintió que el fuego escaldaba sus labios, su lengua y su garganta…

Cuando el oro alcanzó el estómago, su boca comenzó a desmoronarse: primero, cayeron los dientes; le siguieron, los labios, la lengua y la mandíbula. Eran trozos negruzcos, con hilillos de sangre y gruesas costras amarillas.

El conquistador cayó de bruces sobre sus despojos calcinados, y sus gemidos, se apagaron.

Los indígenas lo dieron por muerto, y se alejaron galopando.

El conquistador supo que debía darse prisa. Codicioso, comenzó a recoger los trozos de su cuerpo, cuando aún estaban calientes; los dejaba caer sonoramente en su casco de hierro, al tiempo que sus gritos, taladraban la selva… 

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Respuestas a esta discusión

Felicitaciones.-

Que buen texto.  Síntesis de la avaricia   de los  conquistadores. 

FELICITACIONES 

AMIGO RENÉ

BIEN MERECIDO GALARDÓN

Bendiciones incesantes

ERes especial, impactante mi distinguido amigo RENË DE LA BARRA,como siempre con tus cuentos que corroen la conciencia de los que actuaron nefastamente.

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FELICITACIONES POR ESE DESTACADO y un abrazo.- Marietta

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Ando revisando  cada texto  para corroborar las evaluaciones y observaciones del jurado, antes de colocar los diplomas.

Gracias por estar aquí compartiendo tu interesante obra.

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