Por Héctor José Corredor Cuervo


 


Eran cuatro los malvados


que residencia violaron


en un conjunto cerrado


con rejas como de cárcel,


con portero y vigilantes


por los dueños contratados


a  una empresa respetable


donde estudian al detalle


el ingreso de los guardias.


 


Eran cuatro los ladrones


hasta los dientes armados


los que rompieron la reja.


los  vidrios en  el tejado,


finas puertas de madera


con cristal esmerilado,


donde vive el gran poeta


y amigo más estimado


con incomparable esposa


que tan solo amor le ha dado.


 


Eran cuatro saqueadores


los que rompieron colchones,


almohadas y acolchados


buscando los medallones


y los objetos  preciados


para  llevar en camiones


con antelación parqueados


en centro de transacciones


con los espías pagados.


 


Eran  cuatro los hampones


los que a Sonia encañonaron


para lograr el  escape  


al  sentirse acorralados


llevando las finas joyas,


los  dineros ahorrados


y artículos estimados


que ya habían retirado


sin poder llevar enceres


 y los bultos preparados


en sabanas y en maletas


cual trasteo organizado.


 


Atrás lo dejaron todo,


cual nido despedazado,


ante sorpresa de muchos


amigos  del vecindario,


quedando solo  preguntas


en medio del comentario:


¿ Donde estaban vigilantes


a quienes se paga  a diario?


¿Porqué sabían las horas


en que no estaba habitado?


¿Por donde sacaban todo


si las maletas y bultos


que ya habían alistado


no cabían por el hueco


por donde habían entrado?


¿No sería que a los guardias


ya los habían comprado?


 


 


 


 

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Respuestas a esta discusión

Así fue el robo el domingo en las horas de la tarde mientras Joseph, su esposa, la suegra y una cuñada estaban almorzando y cual sería la sorpresa cuando encontraron los cuatro ladrones adentro del apartamento con todo empacado y listo para poner en un camión. Hoy Joseph Narra el episodio en un poema lírico al cual le respondí con este:

ROBO DE ILUSIONES

Le robaron ilusiones
tan solo por un instante
unos temibles ladrones
con arma aterrorizante.

Ya su pluma esta de pie
para contarnos la historia
y escribir versos con fe
sin tinta condenatoria.

Su mente cual rayo brilla
con una luz refulgente
para quitar pesadilla
del ampón irreverente.

Gracias aguerrido amigo
por el gran ejemplo dado
al enfrentar a enemigo
como valiente soldado.

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Ando revisando  cada texto  para corroborar las evaluaciones y observaciones del jurado, antes de colocar los diplomas.

Gracias por estar aquí compartiendo tu interesante obra.

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