Aquí de nuevo Medmed con sus hazañas y sus sueños. Iluso y divertido, con la magia de su corazón siempre susurrando al oído y llenando de esperanzas sus azares.

Había llegado Diciembre con su encantador ritmo de amor y todo olía a su fragancia, tantos recuerdos multiplicados en memorias y tantas añoranzas rebasando sus fronteras para continuar el viaje maravilloso entre cantares y el trino del ruiseñor que tantas veces arrullaba los sueños de Medmed, el mismo que se escapaba junto al duendecillo de Otoño para salpicar con tantas aventuras las vivencias afortunadas, que como cascadas fluían con su caudal inagotable arrastrando desvelos despeinados.

Travieso era Medmed y con esa sed de fantasear y recrear la vida desde su perspectiva,  siempre del lado de la justicia y del compartir con camaradería sus vivencias llenas de oportunidades para soñar y multiplicar esperanzas, iba dibujando sus días  en su velero de ilusiones, lo iba acicalando con sus deseos de paz, armonía y de concordia con todos y para el bienestar de todos los niños que como él, veían en las fechas que se avecinaban, augurios de confianza, seguridad, certidumbre, creencia, promesa y optimismo. Todo encerraba el misterio maravilloso del humilde portal de Belén que tantas veces había recreado en sus dibujos y que en cuya estrella visualizaba un mundo franco, despierto, sin ataduras, con las alas del espíritu abiertas para trascender el tiempo y no detenerse jamás, no importa las latitudes  ni los hemisferios, ni los meridianos, en el ahora eterno, construyendo puentes y derribando muros, hablando todos el lenguaje del amor y de la buena voluntad.

Ya en la hazaña anterior Medmed y el duendecillo habían talado la mano servil de la ignorancia y el desamor y habían levantado la mano capaz y hacedora de la sabiduría. Esta habría de servirle para llenar cada domingo de adviento la carta de los deseos y encender la vela de el regocijo, la paz, la esperanza y el amor.

Listo está nuestro héroe para seguir levantando velas y continuar zarpando con el velero de las ilusiones dejando en cada puerto un anhelo, dibujando el verdor de la esperanza y el azul infinito del universo de sus sueños con la magia de su corazón.

Aimée Granado Oreña

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Respuestas a esta discusión

Muy bello. Realmente un hermoso cuento y muy entretenido. Un abrazo linda.

Interesante cuento. ¿Y dónde está la anterior hazaña de Medmed?

Gracias por participar.

¡Muy bello relato navideño, querida Aimée!

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Ando revisando  cada texto  para corroborar las evaluaciones y observaciones del jurado, antes de colocar los diplomas.

Gracias por estar aquí compartiendo tu interesante obra.

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