LATE UN SOL EN MI POESÍA
AUTOR: Martín C. Zambrano Astudillo
Siempre puse a las líneas de mis versos
un triste corazón que apenas palpitaba,
y no era el amor de una mujer lo que lo hería
sino la indiferencia cultural que lo apretaba.
Si, no hace mucho cargué una cruz por mi sendero,
que sin ser madero sentí como pesaba;
y no era el peso, de esa cruz, que me rendía,
sino la brasa de una sed emocional que me quemaba.
Yo tuve sed en el brasero astral de la poesía,
sentí el calor de un inmenso sol que me inspiraba;
así vivió febril mi corazón y por eso ardía,
jamás dudé de esa dulce pasión que yo albergaba.
Triste necedad, fatídico desdén de apostasías
que intentaron nublar al sol que me inspiraba;
no cedió en su empeño el corazón que me latía,
ni pudieron apagar, jamás, la luz que lo alumbraba.
Etiquetas: