Me transmitiste tu gran secreto, hija mía.

Mientras, pura llama, la luz te envolvía.

Prístina heredera del sol, en ese instante

despedían tus ojos lenguas de fuego…

y las pupilas de estrellas se llenaban.

¡Qué gran ternura tu sonrisa!

Dejaste de ser solo una,

ya eres dos seres

constelados

por milagro

de amor.

Dulce

fruto

que enraizó en tus entrañas,

amarrándose al regazo de rosa,

en tu vientre un ángel aletea

despertando de un largo sueño

entre aromas de leche y miel…

 

Pronto te abrirás como una flor…

¡Tiempo de primavera en la tierra que te cobija!

 

Delia Checa

De mi libro Perfiles de Mujer

Mendoza, Argentina

2015

Vistas: 170

Respuestas a esta discusión

Me transmitiste tu gran secreto, hija mía.

Mientras, pura llama, la luz te envolvía.

Prístina heredera del sol, en ese instante

despedían tus ojos lenguas de fuego…

y las pupilas de estrellas se llenaban.

¡Qué gran ternura tu sonrisa!

Dejaste de ser solo una,

ya eres dos seres

constelados

por milagro

de amor.

Dulce

fruto

que enraizó en tus entrañas,

amarrándose al regazo de rosa,

en tu vientre un ángel aletea

despertando de un largo sueño

entre aromas de leche y miel…

Tomo esa hermosa copa en la que has llenado de amor a tu hija por una vida que continua y celebro la dicha que Dios me dio vista para  poderte  leer. 

Gracias Delia por tan hermoso poema. 

Muchísimas gracias, mi querida administradora. 

¡Felicitaciones a tu magistral pluma mi querida Delia!

No hay nada que nos alegre más que la felicidad de un hijo.

Emotivo y tierno poema.

Cariños

Así es, Beatriz. Te agradezco de corazón tu emotivo comentario. 

Cariños.

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Ando revisando  cada texto  para corroborar las evaluaciones y observaciones del jurado, antes de colocar los diplomas.

Gracias por estar aquí compartiendo tu interesante obra.

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