LA SOLEDAD DEL POETA Paráfrasis de un fragmento de "El arco y la lira" de Octavio Paz.

Lo admirable de lo fantástico

es que no es fantástico sino real” 

Breton

                                                                             

El poeta ha sido condenado a vivir en el subsuelo de la historia, a ser un desterrado sin decreto, un nadie hundido en la nada, un fantasma en una sociedad de consumo en donde no es considerado alguien que trabaja o produce puesto que los poemas no son mercancía. Esta sociedad de consumo y mercantilista; que abolió una parte importante de la realidad, precisamente aquella que de tiempos inmemorables fue el manantial que alimentó la poesía; no le reconoce valor social.

Nadie se siente representado en la poesía moderna porque antes, incluso, que esta surgiera, fuimos mutilados y se nos olvidó la identidad que poseíamos antes de esa operación quirúrgica. En este mundo de seres incompletos aquel que habla de seres normales es considerado un visionario. Es así como el poeta con sus obras es expulsado del mundo “real” con la mitad perdida del Hombre. El desafío del arte moderno es restablecer el diálogo con esa mitad. Todas las alternativas de este se orientan al reencuentro con esa parte reprimida del Hombre, de despertar a ese ser apenas viviendo, que como un fantasma en una ciudad de piedra y dinero, vive desposeído de la existencia concreta e histórica. El poeta se siente desgarrado junto con todos los que también fuimos despojados de esa parte y lanzados al abismo. Este destierro lo impele a llegar a la frontera última donde está el otro y aparecemos todos, revividos. Es arrojado a esta noche donde desconoce con que se encontrará, si con la vida o con la muerte. Después de despeñarse en el vacío, perdidos todos los asideros estará, en lo más profundo de este, esperando el Hombre real con la mitad perdida, el Hombre original con toda su integridad; gozando de sensibilidad, intuición e imaginación; de su Ser total.

El caldo de cultivo de este logro son las épocas de crisis en las que la sociedad, llena de desesperación, cae en un hondo cuestionamiento de sus fundamentos. Cuando, en estas situaciones, la desesperanza inunda al Hombre surgen las dudas sobre los valores de dicha sociedad y este se encuentra a sí mismo.

Es así, como el poeta, es el fermento que ayudará a construir una sociedad más auténtica y sensible integrando esa parte de que fuimos despojados.

 

Delia Checa - D. A. R.

Mendoza, Argentina

 

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Muy agradecida por tus gratas palabras,

mi apreciada Amaralis.

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Ando revisando  cada texto  para corroborar las evaluaciones y observaciones del jurado, antes de colocar los diplomas.

Gracias por estar aquí compartiendo tu interesante obra.

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